Hallan una nueva teor¨ªa sobre el origen del Stonehenge
La distribuci¨®n de las piedras sugiere que el m¨ªtico monumento fue una c¨¢mara de eco gigante empleada para amplificar la voz de un orador en mitad de un entorno abierto.
Un mausoleo suntuoso y magn¨ªfico. El rastro de un rito sanador inexplicable. Calendario del cielo y mapa de las estrellas. Son muchas las historias que se cuelan entre los d¨®lmenes y l¨ªquenes del que es, quiz¨¢, el monumento m¨¢s importante de Gran Breta?a: el Stonehenge. Lo cierto es que nadie conoce con seguridad qu¨¦ era exactamente. El sentido de aquellos anillos de piedra es todav¨ªa un misterio.
Quiz¨¢ hasta ahora. Las teor¨ªas que dan vida al pasado son fruto, en una primera instancia, de conjeturas y corazonadas que, exhaustas investigaciones m¨¢s tarde, acaban escribiendo historia donde antes hab¨ªa polvo. Un nuevo hallazgo podr¨ªa dar cuerda a ese mismo proceso en el monumento brit¨¢nico. El detonante es simple y atemporal: el sonido.
El monumento a escala, clave en el experimento
Han sido unos estudios recientes, firmados por el profesor e investigador de ac¨²stica en la Universidad de Salford de Manchester, Trevor Cox, los que han destapado uno de los usos que, mucho tiempo atr¨¢s, tuvo el Stonehenge. Fue una c¨¢mara de eco gigante. Enorme. Amplificaba los sonidos que se produc¨ªan en el interior, aislando los que llegaban desde m¨¢s all¨¢ de los anillos de piedra. Una labor astuta que pudo haber sido utilizada para fines m¨ªsticos, probablemente protagonizados por un grupo peque?o de ¨¦lite.
Sobre esta hip¨®tesis ha girado una d¨¦cada de trabajo hasta conformar el enfoque actual. ¡°Me di cuenta de que hab¨ªa una t¨¦cnica en ac¨²stica que nunca antes se hab¨ªa aplicado a sitios prehist¨®ricos¡±, dice Cox a la BBC, explicando c¨®mo se gest¨® la idea primeriza. El ¡°modelado ac¨²stico a escala¡± fue la bombilla en la cabeza del investigador, que procedi¨® a replicar el monumento, con el aspecto que tuvo hace cuatro milenios, a una escala de 1:12.
Una voz que se perdi¨® en el tiempo
Una vez tuvo la ¡®maqueta¡¯ lista, con todas las piedras distribuidas y pintadas, puso en pr¨¢ctica el proyecto. ¡°Todo es una doceava parte del tama?o en la vida real, y eso significa que tenemos que probar con una frecuencia 12 veces mayor¡±, explica; a lo que a?ade la clave para lograr dicho ¨¦xito sonoro: ¡°Tienes que conseguir todos los altavoces y micr¨®fonos que funcionen en esos rangos de frecuencia y no est¨¢n com¨²nmente disponibles¡±.
Y cuando consigui¨® captar c¨®mo afectaba el sonido a la piedra, dio con la siguiente pista del enigma brit¨¢nico: rebota entre los huecos de los d¨®lmenes y permanece dentro del espacio. No sale. ¡°Sabemos que la m¨²sica mejora con la reverberaci¨®n, por lo que imaginamos que, si se reprodujera m¨²sica, sonar¨ªa un poco m¨¢s poderosa e impactante¡±, relata. Y a esto se suma otro punto importante: la direccionalidad de la voz. En un entorno abierto, el Stonehenge conseguir¨ªa que a un orador a quien no se le escuchase ni entendiera terminara por amplificar su propia voz. Como en misa. Dentro s¨ª, fuera no.
Y ah¨ª est¨¢ la clave. ¡°Si pensamos en las ceremonias humanas, por lo general involucran alg¨²n tipo de sonido, ya sea m¨²sica, habla o canto. Y sabemos que, si realmente quer¨ªan ser escuchados, la gente deber¨ªa hablar estado dentro del c¨ªrculo¡±, completa el retrato de una investigaci¨®n tan original como reveladora. La posibilidad de saber con seguridad qu¨¦ se entonaba dentro de aquellos d¨®lmenes es tan fugaz como la voz en la arqueolog¨ªa. Lo que se escuch¨® alguna vez se perdi¨® en el tiempo.