Hallan ¡°el ejemplo m¨¢s impactante de la esclavitud romana¡± en Pompeya
Una panader¨ªa c¨¢rcel evidencia uno de los aspectos m¨¢s crueles de la sociedad romana. Los trabajadores ten¨ªan marcado en el suelo hasta el lugar donde ten¨ªan que apoyar los pies.


El Vesubio, a pesar de ser un volc¨¢n, ¡°congel¨®¡± a Pompeya en el tiempo, convirti¨¦ndola en un museo a escala humana de la Roma del s.I, un escaparate hist¨®rico en el que se exponen, de manera tr¨¢gicamente realista, las costumbres y peculiaridades del d¨ªa a d¨ªa de los habitantes de uno de los Imperios m¨¢s grandes de la historia. Si los documentos conservados han permitido a los historiadores reconstruir las batallas, las intrigas pol¨ªticas o las conquistas, Pompeya permite ver con nuestros propios ojos, lo cual es algo bastante inusual para aquellos que estudian la historia, c¨®mo era la vida de un ciudadano pompeyano.
Pan y circo (y esclavos)
No solo la vida de un ciudadano, sino tambi¨¦n la vida, muchas veces ignorada, de todos aquellos que no lo eran, o que no pod¨ªan serlo, y que, sin embargo, con su trabajo manten¨ªan a flote la econom¨ªa romana. Una de las frases que a uno se le viene a la cabeza cuando piensa en el Imperio Romano es: ¡°pan y circo¡±, que simboliza aquello que se le da al pueblo para mantenerlo contento. Pues bien, si los gladiadores, como todos sabemos gracias a Espartaco, eran en su mayor¨ªa esclavos, tambi¨¦n el negocio del pan era sustentado por este discriminado grupo que lleg¨® a representar un 30% de la poblaci¨®n del Imperio.
Ning¨²n derecho
Los esclavos no ten¨ªan ning¨²n tipo de derecho. No pod¨ªan tener relaciones o crear familias, ni mucho menos poseer propiedades. Su destino estaba sellado a la voluntad de su amo, que pod¨ªa tratarlo igual que a cualquier otro objeto de su propiedad. Un esclavo no ten¨ªa m¨¢s derechos que una escoba, con la diferencia de que con las escobas generalmente se era m¨¢s cuidadoso. Esto no supon¨ªa ning¨²n problema para la sociedad romana. La esclavitud era algo ¡°necesario¡± y perfectamente l¨®gico dada la superioridad cultural del pueblo romano respecto al resto de civilizaciones.
Es por ello que no es de extra?ar que en una villa pompeyana se haya descubierto recientemente una ¡°panader¨ªa-c¨¢rcel¡±, en la que los trabajadores esclavos ten¨ªan que hacer girar durante horas, las ruedas del molino con la ayuda de un burro. El esclavo ten¨ªa que encargarse de incitar y coordinar el movimiento del animal, a?adir el grano y recoger posteriormente la harina, todo ello en un espacio peque?o, estrecho y oscuro, cuya ¨²nica entrada de luz era una ventana con barrotes de hierro. En el suelo de la panader¨ªa se encontraron marcas que serv¨ªan para coordinar el movimiento tanto de los animales como de los esclavos, que no gozaban ni de la libertad suficiente como para apoyar el pie donde quisieran. La ¨²nica salida era una puerta que daba a una sala de la lujosa casa, de la que se han conservado los frescos con los que fue decorada y en la que viv¨ªan los amos.
Condiciones de los esclavos
Tambi¨¦n en Pompeya se han encontrado restos de ¡°ergastulas¡±, que son las barracas en las que sol¨ªan alojarse los esclavos agr¨ªcolas en p¨¦simas condiciones. Algunos de los restos de personas encontrados en Pompeya a¨²n estaban encadenados. La buena conservaci¨®n de los cuerpos tambi¨¦n ha evidenciado patolog¨ªas como artritis cr¨®nica y distorsi¨®n de las extremidades, que se deduce que eran producidas por el exceso de trabajo y la desnutrici¨®n extrema. La erupci¨®n fue una novedad para todos los habitantes de Pompeya, pero algunos debieron resignarse a su aciago destino con mayor facilidad.