El motivo por el que no siempre hay un a?o bisiesto cada cuatro a?os
Muchas civilizaciones han intentado elaborar un calendario que se repita cada a?o, pero ni siquiera los a?os bisiestos bastan para solucionar este complejo problema.


El tiempo transcurre. O uno transcurre por el tiempo. O quiz¨¢s el tiempo lo transcurre a uno. Pasan dos a?os y uno apenas se da cuenta, pero luego hay minutos que se vuelven interminables. El tiempo se pierde, se aprovecha, se tira, se usa, se valora, se malgasta. El tiempo cura y pudre, te hace crecer y luego te mata. ?Acaso podemos entender algo atemporalmente o, por el contrario, todo precisa existir en un pasado, presente o futuro? ?El tiempo es algo personal o colectivo? ?Es el tiempo objetivo? ?Acaso alguien alguna vez ha ¡°experimentado¡± un minuto, con cada uno de sus segundos? ?Exist¨ªan las horas cuando no hab¨ªa relojes? Y quiz¨¢s a¨²n m¨¢s importante ?qui¨¦n decide qu¨¦ es el tiempo? ?Qui¨¦n dice cu¨¢nto es mucho y poco tiempo? ?C¨®mo se decide cu¨¢ndo es tiempo de terminar, de empezar de nuevo, de volver a contar desde el principio? Que el lector no piense que por hacer estas preguntas el redactor de esta noticia tiene algo parecido a una respuesta, sino que viene a intentar plantear la complejidad de aquello que llamamos tiempo y que desde tiempos muy antiguos intentamos domesticar y someter a la costumbre humana a trav¨¦s del calendario. ?O quiz¨¢s es el calendario el que nos domestic¨® a nosotros?
?C¨®mo se hace el calendario?
A la hora de hacer un calendario la problem¨¢tica es simple y a la vez compleja. Lo primero que se necesita es un criterio, algo que nos permita establecer un marco temporal y que, por tanto, se repita peri¨®dicamente. ?C¨®mo sabemos que se repite peri¨®dicamente si no tenemos nada para medir esta periodicidad? Aqu¨ª hay que confiar m¨¢s bien en la intuici¨®n: las noches parecen durar lo mismo y por tanto el sol sale a la misma hora, la luna crece o decrece cada noche a un mismo ritmo, las flores vuelven a echar flor al cabo de cierto tiempo etc. Hace 8.000 a?os una tribu de cazadores-recolectores escoceses resolvieron con brillantez un problema que hace tiempo dej¨® de parecer relevante: ?c¨®mo medimos el tiempo? Desde aquella primera construcci¨®n mesol¨ªtica que permit¨ªa hacer un seguimiento de los meses lunares, el ser humano se ha esforzado en perfeccionar cada vez m¨¢s sus mediciones.
Calendario casi-perfecto
Babilonios, chinos, egipcios, mayas, todas las grandes civilizaciones se han visto obligadas a crear su propio calendario y cada cultura ha resuelto esta problem¨¢tica de manera parecida, pero diferente. El papiro egipto de Ahmes, del s.XIX a.C, ya recoge que la duraci¨®n del a?o civil es de 365 d¨ªas, dividido en 12 meses de 30 d¨ªas, organizados en tres per¨ªodos de 10 d¨ªas. Al final de cada a?o, sin embargo, les ¡°sobraban¡± cinco d¨ªas, as¨ª que el ¨²ltimo mes duraba 35. Este desajuste est¨¢ presente en todos los calendarios creados por el ser humano (se desconoce la existencia de otros) y parte de la creencia de que una vuelta de translaci¨®n de la Tierra dura 365 d¨ªas, cuando esto, cron¨®metro en mano, no es cierto.
Los a?os bisiestos
La ¡°inexacta¡± duraci¨®n del movimiento de traslaci¨®n de la Tierra no era algo desconocido para los ¡°hacedores¡± de calendarios, simplemente es algo que dif¨ªcilmente se puede solucionar a la hora de dise?ar un calendario. Cuando el astr¨®nomo Sos¨ªgenes se enfrent¨® a este dilema, pareci¨® encontrar un m¨¦todo para salir del atolladero sin grandes complicaciones. Estableci¨® que el d¨ªa duraba 365 y 6 horas, es decir, un d¨ªa y cuarto, por lo que, al cabo de 4 a?os, simplemente hab¨ªa que sumar un d¨ªa, de ah¨ª el a?o bisiesto. Sin embargo su c¨¢lculo fall¨®, por 11 minutos y 9 segundos de m¨¢s: el calendario no era perfecto. Estos 11 minutos se fueron acumulando a?o a a?o y, aunque llegado el 1 de enero muchos afirmaban: ¡°?qu¨¦ corto se me ha hecho !¡±, nadie pensaba que se refirieran a esos 10 minutos sobrantes. Al cabo de 1.600 a?os de uso del calendario juliano, los minutos se hab¨ªan convertido en d¨ªas y, cuando la celebraci¨®n de la Pascua dej¨® de caer en domingo, la Iglesia estableci¨® que esto era inaceptable y decidi¨® solucionar el problema por la v¨ªa r¨¢pida. Los espa?oles se acostaron un 4 de octubre de 1582 y una horas m¨¢s tarde amanec¨ªa un 15 de octubre.
?Por qu¨¦ 1900 no fue bisiesto?
A todas estas complicaciones se suma, adem¨¢s, la velocidad del movimiento de rotaci¨®n de la Tierra. Hace 400 millones de a?os la Tierra tardaba apenas 22 horas en dar una vuelta sobre s¨ª misma, en ese sentido no es tan diferente a sus pobladores, con los a?os se vuelve m¨¢s lenta. ?Cu¨¢les son las consecuencias, entonces, de la reticencia de la Tierra a no ser matem¨¢ticamente descriptible? Pues que, al contrario de lo que pens¨¢bamos la mayor¨ªa, no hay un a?o bisiesto cada 4 a?os, sino que los a?os cuyas ¨²ltimas dos cifras acaben en cero, excepto si las dos primeras son divisibles por cuatro, no ser¨¢n a?os bisiestos. Es por ello que el 2000 lo fue, o el 1600, pero no el 1700, 1800 o 1900.
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