Una mujer enviaba comida al trabajo de su marido, un tiempo despu¨¦s se divorciaron: ahora tiene otra raz¨®n para seguir envi¨¢ndola
Lo que empez¨® siendo una tradici¨®n, se ha convertido en el motivo de queja de la expareja de la joven.


A veces, la vida se encarga de ajustar cuentas de las formas m¨¢s insospechadas e inesperadas. Este es precisamente el caso de una mujer, la cual enviaba comida casera todos los d¨ªas al trabajo de su marido, en lo que era un gesto, cargado de cari?o, que termin¨® por convertirse en toda una tradici¨®n. Sin embargo, con el tiempo, la relaci¨®n se rompi¨® y acabaron divorci¨¢ndose.
Lo inesperado lleg¨® cuando la mujer volvi¨® a enamorare. El nuevo hombre en su vida no solo fue capaz de devolverle la ilusi¨®n en el amor, sino que tambi¨¦n la anim¨® a retomar esta vieja costumbre: la joven volvi¨® a enviar comida casera al lugar de trabajo de su pareja. Sin embargo, hab¨ªa un aspecto que hac¨ªa de est¨¢ situaci¨®n una mucho m¨¢s curiosa y, hasta cierto punto, po¨¦tica: su nueva pareja trabajaba en el mismo lugar que su exmarido.
¡°Me envi¨® un mensaje pidi¨¦ndome que parara¡±
Seg¨²n cuenta la mujer, el divorcio con su exmarido se produjo tras conocer la triste noticia de que ella no pod¨ªa tener hijos: ¡°Mi exmarido quer¨ªa pasar su legado. Tuvimos un buen matrimonio hasta ese momento¡±, reconoce la joven. Tras ello, asegura que se top¨® con el ¡°hombre m¨¢s amable que jam¨¢s ha conocido¡±, el cual trabaja con su expareja como contratistas militares, aunque desempe?ando diferentes labores.
¡°Me encanta cocina y hornear. Tengo diabetes por lo que no como todo lo que hago. Sol¨ªa empaquetar la comida y se la enviaba a mi exmarido. He ido a clases de cocina y me han dicho que las cosas que hago est¨¢n muy buenas¡±, afirma. A continuaci¨®n, cuenta como, desde que le env¨ªa la comida a su pareja, sus compa?eros de trabajo se lo hacen saber a su exmarido, meti¨¦ndose con ¨¦l y bromeando con su novio: ¡°A mi novio no le importa porque las bromas lo pintan de buena forma, le dicen que tiene suerte¡±.
Sin embargo, todas las partes no piensan igual: ¡°(Refiri¨¦ndose a su exmarido) Me envi¨® un mensaje pidi¨¦ndome que parara de mandar cosas al trabajo para que sus compa?eros le dejen en paz. (¡) siento que est¨¢ haciendo que sus problemas sean tambi¨¦n m¨ªos. No siento que sea una petici¨®n justa. Pero soy emp¨¢tica, as¨ª que estoy dispuesta a parar si la mayor¨ªa piensa que debo hacerlo¡±, concluye.
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