Tres demonios bajitos
Virgili, Junyent y Pablo Garc¨ªa impactan en el Europeo Sub-19. Cuando juegan juntos, el equipo es otra cosa
Los ciclos del f¨²tbol son cambiantes en todas las categor¨ªas, pero en t¨¦rminos generales resultan extremadamente estables para Espa?a en el arco juvenil. Basta el ejemplo de la selecci¨®n Sub-19, que esta noche disputa la final con Holanda, despu¨¦s de llevarse el memorable partido con Alemania, una derrama de goles pocas veces vista: 6-5 fue el resultado. Comenzando por los errores defensivos, todo fue excesivo en un partido que devolvi¨® a Espa?a a los mejores tiempos de los locos bajitos. Jan Virgili y Quim Junyent, dos peque?os jugadores del Bar?a, cambiaron radicalmente el paisaje de la semifinal. No hubo manera de pararles.
Esta edici¨®n de los juveniles espa?oles figura entre las m¨¢s livianas que se recuerdan. Fuera de Janneh, el potente delantero centro del Atl¨¦tico de Madrid, ning¨²n titular impresiona por su porte f¨ªsico. Los centrales, el longil¨ªneo Jon Mart¨ªn (Real Sociedad) y Cuenca (Barcelona), no apabullan por su potencia. En el caso de Cuenca, dio preocupantes muestras de debilidad frente a Alemania, un equipo de fenomenales atletas que, sin embargo, no encontr¨® la manera de detener a Pablo Garc¨ªa, Virgili y Junyent.
Se impuso el talento natural, la astucia y la conexi¨®n de tres jugadores que remiten a un modelo de gran ¨¦xito en Espa?a, aunque casi siempre bajo sospecha. Imperan las tesis del futbolista decatleta. ?Tiene piernas o no?, se dice en el argot actual para cribar y desde?ar al tipo de jugador que, en teor¨ªa, tiene que rendirse ante la acorazada del f¨²tbol.
Pablo Garc¨ªa es diferente a Virgili y Junyent. Es m¨¢s alto (1,75 seg¨²n los datos que figuran en la web) y compacto. Su zurda es ca?¨®n o seda, depende de lo que requiera la jugada. Marc¨® un fabuloso gol ol¨ªmpico contra Alemania, caz¨® un rechace para clavar otra con un remate duro, eligi¨® el palo oportuno en otro de los tantos y sorte¨® al portero con elegancia en el gol de la victoria. Pellegrini ya le ha dado unos pocos minutos en el Betis. Descarado, con u?a de guitarrista, por ahora es un gran jugador de 19 a?os.
Virgili y Junyent tienen 18. Funcionaron tan bien en el juvenil A del Bar?a que saltaron en plena temporada al filial, donde el impacto de Virgili fue instant¨¢neo. Un a?o antes jugaba en el Gimn¨¤stic de Tarragona, donde marcaba goles a go-g¨®. Dificil¨ªsimo creer que mida 1,77 metros, la estatura que se pregona en internet. Probablemente est¨¢ por debajo del 1,70, pero a efectos futbol¨ªsticos se trata de un asunto menor. Virgili es una fiera diminuta. Vertical y habilidoso, impresiona por su arrancada. Lo mejor es que la mantiene. Reich, el lateral derecho alem¨¢n, dimiti¨® literalmente en el quinto gol espa?ol. No pudo seguir a Virgili en una carrera de 30 metros.
Tampoco pudieron seguirle en el sexto gol, precedido por una brillante acci¨®n interior y su brillante pase a Pablo Garc¨ªa. Por all¨ª circul¨® Junyent en sus 39 minutos ¨Clos mismos que Virgili¨C de acci¨®n en la semifinal. En La Mas¨ªa desde hace a?os, Junyent (1,71 metros) es un centrocampista de ataque que remite a los m¨ªticos bajitos de la primera d¨¦cada de este siglo. Descifra el juego con una claridad extraordinaria, tiene gol ¨Cmarc¨® tres a Montenegro¨C y establece conexiones cortas, perfectas, en espacios m¨ªnimos. Su despliegue de paredes en el cuarto gol de la semifinal fue una belleza en toda regla.
Junyent y Virgili ¨Ccampeones de la UEFA Youth League¨C s¨®lo han sido titulares en el intrascendente Espa?a-Montenegro (marcaron cuatro de los cinco goles). Cuando juegan, el equipo es otra cosa. Lo mejoran instant¨¢neamente. A Pablo Garc¨ªa le vinieron al pelo. Al f¨²tbol, tambi¨¦n. Nadie sabe cu¨¢l ser¨¢ su futuro, posiblemente marcado por prejuicios a los que deber¨¢n de responder, pero a estas alturas da gloria verlos.
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