Opciones de ascenso cogidas con alfileres
El Real Valladolid maneja buenas estad¨ªsticas globales, pero sigue sin ser un equipo demasiado fiable y sufre mucho cuando gana.

El Real Valladolid est¨¢ en el alambre, sobreviviendo ante todo y con las opciones de ascenso intactas pero, eso s¨ª, cogidas con alfileres. Las lesiones, los muchos minutos de desconexi¨®n y la excesiva precauci¨®n en muchos momentos por parte del entrenador, hacen que nadie se atreva a catalogar al conjunto blanquivioleta como claro candidato a subir. Es verdad que est¨¢ ah¨ª, que ha llegado hasta aqu¨ª, pero sigue sembrando dudas todos los domingos. Seguramente las mismas dudas que experimentan el resto de rivales. Todos est¨¢n sumidos en una irregularidad que parece que puede garantizar el ascenso m¨¢s barato de los ¨²ltimos a?os.
Digo que est¨¢ cogido todo con alfileres porque el de Pezzolano sigue sin ser un equipo demasiado fiable; aunque gana, sufre mucho, tiene buenos momentos, como los ¨²ltimos 25 minutos ante el Eldense, pero tiene enormes desconexiones como la salida de la segunda parte o el segundo tiempo de Cartagena o Ferrol. En cualquier caso, est¨¢ ah¨ª, en puntos de ascenso directo y con un buen calendario por delante, siendo, tras el Amorebieta, el segundo mejor equipo de las ¨²ltimas cinco y de las ¨²ltimas diez jornadas de la competici¨®n.
El Real Valladolid tiene una buena defensa y es el cuarto equipo que menos goles recibe de la categor¨ªa, pero es el d¨¦cimo mejor ataque de la competici¨®n. Est¨¢n claros y detectados sus errores y sus virtudes. Defiende bien pero le cuesta atacar y hacer gol. El pasado s¨¢bado parec¨ªa evidente la necesidad de sacrificar al cabecero de ¨¢rea, Lucas Oliveira, para dar entrada a Iv¨¢n S¨¢nchez desde el banquillo. El cambio estaba cantado desde la primera parte: era necesario ganar un hombre m¨¢s ofensivo, con capacidad de tener bal¨®n y prescindir de un medio defensivo.
Hacerlo era un riesgo asumible, dado que el equipo no recibe demasiadas contras del rival. Me sorprendi¨® que Pezzolano decidiera ese cambio tan evidente en el minuto 68. Esper¨® mucho. Afortunadamente la cosa sali¨® bien, pero pudo no haber salido. Es como si el entrenador uruguayo tuviera siempre echado el freno de mano del equipo por lo que pueda pasar. Un conjunto que quiere ser ganador tiene que creer en sus posibilidades y arriesgar algo m¨¢s. No se trata de que el Valladolid pase de medroso a osado. Simplemente que sea un poco m¨¢s valiente y ofensivo, m¨¢s atrevido.
Sigue siendo el segundo mejor local de la temporada y, junto a Eibar y Legan¨¦s, es el equipo que m¨¢s partidos ha ganado, pero como no arriesgue algo m¨¢s, puede con esto no le llegue para ascender. No entiendo como Moro no juega m¨¢s minutos. El s¨¢bado dio una exhibici¨®n de lo que es romper por su banda y ganar en el uno contra uno. Luego se aturulla algo a la hora de poner el pase, pero Moro es el futbolista m¨¢s desequilibrante de este equipo junto con Amath y tiene que jugar. Tendr¨¢ sus defectos o cosas que no convenzan del todo al entrenador, pero los buenos tienen que estar en el campo y la gente ya tiene claro quienes lo son.
Y luego est¨¢ el tema de las lesiones. Lesiones musculares y de aductor, es decir, lesiones por sobrecarga o esfuerzos desmedidos. Son situaciones a analizar porque no es normal que est¨¦n llegando todas a la vez. Una lesi¨®n articular, rodilla, tobillo, no se puede evitar. Una lesi¨®n muscular o tendinosa se pueden tratar de evitar midiendo mucho las cargas y los esfuerzos. El caso es que en el momento clave de la temporada pueden desaparecer de las alineaciones jugadores importantes y, casualmente, todos ellos de ataque. Primero se lesion¨® Amath y ahora les ha llegado el turno a Sylla, Biuk y Kennedy.
Lo dicho, claroscuros que permiten ilusionarse, pero que no dejan dormir tranquilo. Y la siguiente cita, Amorebieta, contra quien solo vale ganar. Dada la situaci¨®n actual, empatar en un pinchazo y perder un desastre. Lo dicho, hay que ganar para disipar dudas.
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