Mejor Atleti, inmortal Madrid

Un desenlace de infarto, un Atl¨¦tico estupendo y un Madrid superviviente dignificaron a un derbi y a una competici¨®n que no conocen comparaci¨®n en la actualidad. Los penaltis volvieron a tener color blanco, pero nada puede reprocharse el equipo de Simeone, que plante¨® el ¨²nico partido que pod¨ªa acercar a los suyos al triunfo. Al Madrid no le salv¨® en esta ocasi¨®n el talento, sino que acudieron a su rescate Courtois y el mito inmortal que le significa en Europa. El Atleti fue mejor de inicio, se cay¨® algo en la pr¨®rroga y llor¨® en los penaltis. Ganar al Madrid en la Champions le sigue siendo una misi¨®n imposible.

Se jug¨® a lo que quiso y dise?¨® con maestr¨ªa Simeone. El Atl¨¦tico neg¨® la profundidad al Madrid y se cerr¨® en tres l¨ªneas muy compactas que revalidaron la pobre conducta ofensiva blanca ante bloque hundidos. Mbapp¨¦ estuvo enjaulado menos en la fabulosa transici¨®n en la que se invent¨® el penalti y Bellingham estuvo absolutamente inoperante a nivel t¨¦cnico y posicional. Solo Vinicius, bien abierto, provoc¨® cierta inquietud de primeras, pero un Llorente en¨¦rgico y el sistema de ayudas de Simeone le cerraron la puerta. En el otro perfil, las piernas y el cemento de Reinildo y Gallagher tambi¨¦n potenciaron el blindaje. Por la actuaci¨®n emocionante del ingl¨¦s, repleta de compromiso, firmeza y despliegue, Valverde apenas tuvo influencia como lateral. Tambi¨¦n Rodrygo se equivoc¨® al centrar demasiado su posici¨®n y aumentar el enredo blanco en los ataques posicionales. Cuando se instal¨® m¨¢s en la banda tras el descanso, su aportaci¨®n mejor¨® levemente.

Bajo este contexto general, el Atl¨¦tico estuvo desahogado. Aunque se jugara en su campo, el gol solo planeaba sobre la porter¨ªa de Courtois. El equipo rojiblanco sali¨® bien por la derecha y se aprovech¨® de la distancia entre l¨ªneas defensiva del Madrid. Toda segunda jugada cada vez que enviaba el bal¨®n en largo era para el Atleti. Griezmann y Juli¨¢n se intercalaron entre la zaga y la medular blanca sin verse comprometidos en las vigilancias. Y entre Giuliano y De Paul sacaron brillo a los espacios que hab¨ªa a la derecha de Mendy. Como al Madrid tambi¨¦n le falt¨® contundencia en las acciones de centro lateral, el Atl¨¦tico gener¨® sensaci¨®n de peligro cada vez que asomaba en el ¨¢rea de Courtois o en el bal¨®n parado. A veces con poco, hizo un da?o grav¨ªsimo ante el desatinado ejercicio defensivo del Madrid. Nadie se termin¨® de salvar, esta vez ni Asencio, de menos a m¨¢s todo hay que decirlo, que oper¨® con debilidad hasta en dos ocasiones en el 1-0. Y Mendy tuvo una actuaci¨®n fatal.

El desarrollo del partido no alter¨® del todo la escenograf¨ªa porque Simeone no quiso que nunca se rompiera. Con toda la raz¨®n del mundo, visto lo que sucedi¨® en los limitados contraataques del Madrid. Es cierto que los cambios dieron otro aire al Madrid. Lucas V¨¢zquez, Fran Garc¨ªa, Camavinga y Brahim sujetaron y alentaron mejor a su equipo. El regreso de Valverde al centro del campo con el vigor de Camavinga ofreci¨® mayor recuperaci¨®n a los de Ancelotti. Todo lo contrario sucedi¨® en el Atleti, afectado por las molestias y el cansancio de De Paul que le hizo acabar con una zaga de cinco, casi de seis, sostenido por un Barrios que sali¨® claramente reivindicado. Del banquillo, solo Correa y, en parte, Sorloth estuvieron a la altura, pero al Atleti no le alcanz¨® contra un Madrid que se maneja mejor desde el plano emocional. Europa le pertenece. Siempre le sale cara.

La segunda jugada

El Madrid se parte por el eje nada m¨¢s empezar el partido al presionar arriba y no acompa?ar la defensa. El mal despeje de Asencio posibilita que Griezmann d¨¦ sentido a la jugada del gol. Tchouameni no vuelve.

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