La coartada Mbapp¨¦ oculta los d¨¦ficits del Real Madrid
Las bajas no explican el desastroso desempe?o del equipo en el primer tiempo y la escasez de ideas en el segundo.

La quinta derrota del Real Madrid en esta temporada se produjo en San Mam¨¦s, escenario de un partido para esp¨ªritus fuertes. Lo gan¨® el Athletic por m¨¦ritos y superioridad en todos los detalles decisivos: combati¨® con m¨¢s intensidad, presion¨® mejor, se llev¨® la mayor¨ªa de las jugadas divididas y aprovech¨® mejor los errores del rival. Al Athletic se le reconoci¨® a la legua. El Madrid dio impresi¨®n de equipo ofuscado, vulnerable, en un campo donde suele responder m¨¢s que bien. No perd¨ªa en Bilbao desde 2015.
Hace un a?o, en el primer partido de la temporada, el Madrid impresion¨® en San Mam¨¦s por todo lo que ahora le falta. Venci¨® 0-2 en la presentaci¨®n de Bellingham en el campeonato espa?ol, con una l¨ªnea de centrocampistas en la que no figuraban ni Kroos, ni Modric. Se interpret¨® como el comienzo de una nueva ¨¦poca, el tiempo de los atletas. Jugaron Tchouameni, Camavinga, Valverde y Bellingham. En la delantera, Rodrygo y Vinicius. No se cumpli¨® el pron¨®stico: Kroos comenz¨® a avisar de su importancia, se instal¨® poco a poco como titular y nadie le movi¨® de la titularidad.
Se dice que jugadores como Kroos pertenecen al pasado del f¨²tbol. Lo dijo Uli Hoeness por ejemplo cuando el centrocampista alem¨¢n anunci¨® su retirada. Ancelotti ha comentado en alguna ocasi¨®n que el f¨²tbol se mueve inexorablemente hacia la exuberancia de los atletas, el dinamismo, la potencia, la m¨¢xima energ¨ªa. No es una posici¨®n novedosa. Cada cierto tiempo, digamos que cada vez que un ciclo se considera concluido, se anuncia la inevitable llegada de los tambores y el final de los violines, as¨ª desde la prehistoria del f¨²tbol.
El Madrid a?ora esta temporada la sabidur¨ªa de Kroos y suspira por un Modric cuatro o cinco a?os m¨¢s joven. Es posible que el f¨²tbol se dirija en direcci¨®n contraria a lo que esos dos jugadorazos han significado, pero algunos datos invitan a cuestionarlo. En julio, la Selecci¨®n Espa?ola gan¨® la Eurocopa con unos jugadores que destacaron por su inteligencia, ingenio y habilidad, sin perder ni un gran gramo de capacidad competitiva. Esta temporada, el Bar?a ha recuperado su prestigio con un grupo de jugadores que no impresionan por su presencia f¨ªsica, pero s¨ª por su sutileza y claridad, sin que esas cualidades les impida correr como diablos.
Mbapp¨¦ sali¨® se?alado de nuevo. Atraviesa una fase in¨¦dita en su carrera. Est¨¢ en busca de Mbapp¨¦ y no lo encuentra, una b¨²squeda que desde fuera parece angustiosa. Su ansiedad se acrecienta porque sus desventuras ocultan los d¨¦ficits estructurales del equipo, especialmente en el medio campo. Hace tiempo que el Madrid apost¨® por centrocampistas rotundos, de estampa imponente, y cerr¨® el grifo a un tipo de futbolista que ahora le vendr¨ªa de perlas. Ponga un Kroos o un Modric m¨¢s joven en su vida, ser¨ªa la divisa del Madrid en estos tiempos.
Al Madrid le pesan las bajas de jugadores esenciales, Vinicius y Carvajal a la cabeza, pero esa evidencia no explica el desastroso desempe?o del equipo en el primer tiempo y la escasez de ideas en el segundo. Ni siquiera se impuso en el plano f¨ªsico. En realidad, el Athletic present¨® m¨¢s cambios con respecto al partido del pasado a?o que el Real Madrid. Ocho nuevos titulares - Arrizabalaga, Gorosabel, Yeray, Adama Boiro, Be?at Prados, Jaureguizar, Sancet y Berenguer- participaron en la victoria en el Athletic, algunos de ellos con una corta trayectoria en el primer equipo. Ernesto Valverde apost¨® por la juventud y la energ¨ªa. ?Hacia el f¨²tbol moderno, entonces? En el caso del Athletic, hacia su f¨²tbol de toda la vida.
Para el Athletic, el resultado va mucho m¨¢s all¨¢ de la victoria sobre el Real Madrid y lo que eso significa en Bilbao. Si el partido invit¨® a un debate sobre el Madrid y sus d¨¦ficits en el medio campo, adem¨¢s de la preocupaci¨®n por el bloqueo que sufre Mbapp¨¦, en el caso del Athletic inform¨® de una potente continuidad generacional, que siempre es el asunto que m¨¢s inquieta y el m¨¢s delicado de resolver en el singular modelo que eligi¨® hace m¨¢s de un siglo.
Rellene su nombre y apellidos para comentar