El talento vence al drama


A¨²n bajo los efectos del Cl¨¢sico de Yeda, un Madrid muy menor y atemorizado por momentos pas¨® como pudo la eliminatoria de Copa contra el Celta sin mejorar un gramo su imagen. Lo que estaba bien sigui¨® bien, es decir, Mbapp¨¦; y lo que estaba mal, que es m¨¢s o menos todo, casi que fue a peor. La err¨¢tica salida de bal¨®n, la desaplicaci¨®n defensiva y la falta de concentraci¨®n persistieron en un equipo que ahora mismo navega confundido. Es incapaz de procurarse un partido tranquilo porque no le alcanza para ello, y su victoria se justific¨® en la plenitud que ya define a Mbapp¨¦ y en los goles de bandera de Endrick y Valverde en la pr¨®rroga. Quiz¨¢ Ancelotti tenga que agradecer durante mucho tiempo a un jugador que estaba arrinconado, el brasile?o, haberle librado de vayan a saber qu¨¦. Porque un Celta casi juvenil empat¨® cuando el italiano dio el partido por cerrado, demasiado pronto se vio despu¨¦s, por una serie de negligencias que subrayan con precisi¨®n los graves des¨®rdenes que afectan al Madrid. Camavinga y Tchouameni volvieron a aparecer en la foto del 2-1, aunque lo m¨¢s sangrante es que la salida desde atr¨¢s del Madrid no est¨¢ nada trabajada. Con lo m¨ªnimo, cualquier equipo que le empuja es capaz de provocar el fallo. No est¨¢ Kroos, y a Modric se le dosifica en exceso, pero aun as¨ª no parece de recibo la pobre construcci¨®n de las jugadas del Madrid. Despu¨¦s le lleg¨® la flojera en el repliegue y los espacios entre las l¨ªneas, al que se a?adi¨® el exceso de ¨ªmpetu de Asencio, para obligarse a una pr¨®rroga que sac¨® adelante exclusivamente por la calidad que tiene. De juego anda muy corto.
La penitencia del Cl¨¢sico se hizo notar antes del duelo con las facturas que se cobr¨® el Bernab¨¦u. Tchouameni fue el blanco, demasiado f¨¢cil, y Ancelotti tambi¨¦n se llev¨® su parte. Y como si todav¨ªa estuviera en Arabia, el Madrid compareci¨® sin ning¨²n encanto hasta que Mbapp¨¦, solo por su cuenta, decidi¨® hacer el partido suyo. Si alguien pens¨® que el franc¨¦s era un problema, se habr¨¢ dado cuenta que es todo lo contrario. Posiblemente, jug¨® incluso mejor que contra el Barcelona. Fue imparable con espacios abiertos y con sus ca¨ªdas a la izquierda, pero tambi¨¦n desvel¨® las debilidades del Celta cuando baj¨® al apoyo. Gir¨¢ldez no encuentra la forma de dar empaque y estabilidad a su estructura. El Celta juega bonito, pero se permite demasiadas concesiones en la fase defensiva. Mbapp¨¦ las aprovech¨®, Brahim tuvo apariciones importantes y Modric tambi¨¦n ofreci¨® sentido a la posesi¨®n. Los cambios de los tres y las irrupciones de Sotelo, Cervi y Bamba dieron un revolc¨®n a la trama. Alguno argumentar¨¢ que el Madrid se grip¨® sin motivo, pero las razones fueron las de siempre. No es un equipo fiable, se desconecta de sus responsabilidades y el control territorial de los encuentros se le escapa con demasiada facilidad. As¨ª crey¨® el Celta en una remontada que hubiera pasado a la historia, pero entre Endrick y Valverde arreglaron lo que hubiera sido un desastre de consecuencias imprevisibles. El talento individual sali¨® al rescate del Madrid... y de Ancelotti.
Agujero y apoyo

El Celta se descubre por dentro por una presi¨®n descoordinada. Mbapp¨¦ ve el espacio libre y baja a recibir de Fran Garc¨ªa. Despu¨¦s se maneja con la m¨¢xima calidad para habilitar a Brahim en la transici¨®n del 2-0.
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