El Madrid celebra a Brahim y G¨¹ler


No hay gran trofeo que no exija pasar un mal rato, incluso en sus primeros pasos. Al Madrid se le indigest¨® la defensa de su corona en el inicio, aunque nunca vio peligrar su continuidad del todo. Fue Brahim el encargado de dinamitar cualquier tipo de conflicto mayor. Es un cerrajero perfecto en partidos herm¨¦ticos, pese a que peque a veces de falta de regularidad y se desconecte, pero a ¨¦l se entreg¨® el Madrid para superar a una Arandina a la que no le faltaron m¨¦ritos. Se acul¨® bien, sin arrugarse, en ese 1-5-3-2 que orden¨® ?lex Izquierdo en el que junt¨® mucha gente por dentro para complicar la vida al campe¨®n. Ante esa armadura, el Madrid de secundarios le puso inter¨¦s de principio y se activ¨® a trav¨¦s de destellos aislados del debutante Arda G¨¹ler, pero siempre falto de verticalidad. Seguro que a Ancelotti no le gust¨® los pocos desmarques de ruptura, apenas probados por el jugador turco. La inexistencia de jugadores de banda espec¨ªficos dej¨® la izquierda para la proyecci¨®n ¨²nica de Fran Garc¨ªa y la derecha coja, puesto que Vinicius Tobias no asom¨® y Nico Paz siempre buscaba el interior. El encuentro reclamaba m¨¢s desborde y movilidad y menos atasco interior.
Fue un partido antip¨¢tico para el Madrid. De verdad, solo estuvo aplicado en el inicio, donde recuper¨® r¨¢pido el bal¨®n y se percibi¨® el entusiasmo indisimulado de G¨¹ler por agradar. En ese tiempo s¨ª acredit¨® la diferencia ostensible con la Arandina, pero el resto de la trama dej¨® m¨¢s dudas que certezas. Los castillistas titulares (Vinicius Tobias, Carrillo y Nico Paz) no apasionaron, Nacho eludi¨® alguna responsabilidad defensiva y Ceballos, como siempre, ni fu ni fa. De Joselu no se acordaron mucho sus compa?eros, pese al gol del penalti, pero su fallo final tampoco result¨® demasiado decoroso. Aun as¨ª, al Madrid le alcanz¨® para salir airoso como no pod¨ªa ser de otra manera. La fe de la Arandina perdur¨® hasta que Brahim quiso con su aleteo y definici¨®n y Ancelotti respir¨® ante un nuevo triunfo que careci¨® de encanto alguno. No cab¨ªa gloria en el partido, no hab¨ªa justificaci¨®n para una derrota, y sobre esas premisas el Madrid acab¨® sin heridas. Y con el aliciente de ver a Arda G¨¹ler y comprobar que Brahim, adem¨¢s de talento, tiene orgullo.
Visi¨®n perif¨¦rica

Hubo poco espacio para las transiciones, pero esta contra dirigida por Arda G¨¹ler demostr¨® la capacidad del jugador turco para ver el desmarque entre l¨ªneas de sus compa?eros. Puso el bal¨®n en el hueco exacto para la llegada de Brahim.
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