El Dakar en sus manos
Isidre Esteve explica en AS la ¨²nica diferencia entre su Hilux y el resto de coches dakarianos frente a los que compite. ¡°Para m¨ª ya es normal¡±, asegura.


Cumplir la mayor¨ªa de edad suele ser un momento especial y el caso de Isidre Esteve en el Dakar, no iba a ser la excepci¨®n que confirmase esta regla. Despu¨¦s de mucho trabajo el catal¨¢n estrena prototipo, el Hilux T1+ de Toyota que se subi¨® al podio en la ¨²ltima edici¨®n, pero hay algo que seguir¨¢ como siempre en este nuevo desaf¨ªo: el sistema de mandos que le acompa?a desde que se pas¨® a la categor¨ªa de coches. La lesi¨®n medular derivada de una ca¨ªda en la Baja Almanzora de 2007 cambi¨® su manera de conducir, pero no rebaj¨® una competitividad que le ha llevado a cumplir todos los objetivos que se ha marcado dentro del m¨ªtico raid.
Su progresi¨®n ha sido tal que para este 2023 contar¨¢ con un veh¨ªculo competitivo, de los m¨¢s, cuya ¨²nica diferencia son los mandos adaptados que le permiten conducir sin usar las piernas. A pesar de que al principio a Isidre le cost¨® adaptarse a este sistema, para el catal¨¢n ¡°ya es normal¡± todo lo que supone tener el Dakar en sus manos. Porque de ellas depende toda la actuaci¨®n que haga una vez se sumerja en el desierto, para cumplir con los objetivos de una temporada donde llegan con opciones de todo. Las modificaciones realizadas por Guidosimplex ayudan a ello y su determinaci¨®n, termina de hacer posible encontrar toda esa competitividad que se refleja en el volante.
Este es el elemento principal del Toyota del Repsol Rally Team, ya que es el centro de operaciones para Isidre. El volante incorpora dos aros, ¡°uno por delante que es el freno, con un rodamiento que gira el aro sobre s¨ª, y luego una platina por encima en la parte de delante que es el acelerador¡±, cuenta Esteve a AS. ¡°Lo llevo todo ah¨ª¡±, sigue narrando el catal¨¢n, sobre un sistema en el que necesita encontrar la perfecci¨®n. No puede fallar nada y tampoco, un embrague que le recuerda en algo a su ¨¦poca sobre las dos ruedas: ¡°La palanca de cambio es igual que en todos los dem¨¢s coches, lleva como un peque?o latiguillo como si fuese la moto, que es el embrague¡±. Cuando acciona esa palanca, es el ¨²nico momento en el que despega la diestra del volante para subir o bajar velocidades con el cambio secuencial. Y a partir de ah¨ª, el coche reacciona.
M¨¢s all¨¢ de ofrecerle la posibilidad de competir, este tipo de adaptaci¨®n ¡°mec¨¢nica, el coche no lleva nada electr¨®nico¡±, tambi¨¦n tiene otras virtudes: ¡°La direcci¨®n es r¨¢pida, con medio giro he girado todo el coche¡±. Pero ni siquiera todas ellas evitan que en determinadas ocasiones se le acumule el trabajo a Esteve: ¡°Muchas veces cuando bajo por una pista a 170 km/h y debo hacer una buena apurada de frenada, con un giro en medio de la curva y tengo que bajar tres marchas, no puedo hacer todo a la vez. Pero lo he automatizado tanto que no me doy cuenta de que hago tantas cosas. Para m¨ª hay un momento en el que es normal¡±.
Las sensaciones
Deja de ser tan habitual para la mayor¨ªa de personas a las que el catal¨¢n invita a subir al habit¨¢culo: ¡°Cuando hacemos un d¨ªa de test para prensa o algo, todos se quedan sorprendidos con la cantidad de cosas que suceden dentro del coche¡±. Pero lo m¨¢s sorprendente es que esas sensaciones que Isidre no puede percibir en las piernas y el tronco debido a su lesi¨®n para poder entender el comportamiento del coche, le llegan a partir del volante cuando afina el sistema: ¡°Cuando los mandos funcionan bien, la sensaci¨®n de la frenada y la aceleraci¨®n es igual, puedo conducir igual que si lo hiciese con los pies¡±. Simplemente hay que cambiar el estilo: ¡°Yo no puedo llegar a la cresta de una duna bloqueando los frenos y rompiendo la cresta porque no puedo hacer tres cosas a la vez. Las tengo que surfear de manera distinta¡±, pero no menos competitiva. Porque una vez m¨¢s, el catal¨¢n demuestra como nada llega a ser ¡°extraordinariamente imposible¡±.