Ant¨®n y Fiz, dioses en Atenas
Las leyendas espa?olas rememoran su primer y segundo puesto, respectivamente, en los Mundiales de 1997. ¡°Seguimos unidos por el atletismo¡±, destacan.
Dentro de la vasta mitolog¨ªa griega, doce nombres destacan por encima del resto. Seg¨²n los escritos de Homero y la Teogon¨ªa de Hes¨ªodo, Zeus, junto a sus hermanos Poseid¨®n y Hades, logr¨® la supremac¨ªa en la Tierra de los dioses ol¨ªmpicos tras ganar la Batalla de los Titanes. En la fachada principal del Parten¨®n, a la derecha de la acr¨®polis ateniense, queda representada por catorce metopas orientales. Este s¨¢bado, Abel Ant¨®n (Soria, 60 a?os) y Mart¨ªn Fiz (Vitoria, 59) las observaban distendidos, entre apretones de mano, recuerdos y an¨¦cdotas amables. Justo antes de rememorar un marat¨®n que, en 1997, tambi¨¦n les situ¨® en el rango de las divinidades. Entonces, 25 a?os atr¨¢s, no se acercaron al sagrado lugar hasta terminar los 42.195 metros que cambiar¨ªan sus vidas. Y el atletismo espa?ol. ¡°Llegamos tres d¨ªas antes a Atenas y nuestro objetivo era estar en el hotel, salir al parque que ten¨ªamos al lado en la Plaza de Sintagma. Despu¨¦s de haber ganado todo, s¨ª que vinimos a la Acr¨®polis, que creo que era lo suyo porque est¨¢bamos en Atenas. Pero antes de la carrera, nada, concentrados completamente porque hab¨ªa que venir a intentar ganar la carrera¡±, recuerda Ant¨®n.
Este domingo, tras aceptar el reto de Sports Santander, sus zancadas pisaban de otra forma. Eran los mismos 42 kil¨®metros que hace un cuarto de siglo, pero los pensamientos del soriano, compartidos con un centenar de atletas populares, llegados desde Espa?a para revivir la haza?a en primera persona, eran muy distintos. ¡°Cuando entras sientes ese gran triunfo que tuvo el marat¨®n espa?ol aqu¨ª en Atenas y piensas en c¨®mo pudimos ganarlo porque es una carrera muy dura¡±, explicaba hoy Ant¨®n, luciendo el dorsal uno, tras completar la prueba. Ese caluroso 10 de agosto del 97, su mente s¨®lo ten¨ªa espacio para un nombre: Fiz. ¡°Yo no hab¨ªa ganado nada y sab¨ªa que Mart¨ªn era mi rival a batir. Hice una carrera para intentar ganar a Mart¨ªn¡±, repasa. A 500 metros de meta, ya sab¨ªa que el objetivo estaba cumplido. Oro mundial para ¨¦l, plata para el vasco, que esperaba el d¨ªa de hoy ¡°como si fuera un hijo¡±, e historia nacional.
Fue un plan perfectamente ejecutado. Algo calculador, pero eficaz. ¡°?Joder, c¨®mo te la jug¨® Ant¨®n!¡±, a¨²n le recuerdan a Mart¨ªn por la calle. Todo march¨® tranquilo durante los primeros kil¨®metros (3:10-3:15). En el 15, dos corredores avivaron el ritmo. No preocup¨® ni a Fiz ni a Ant¨®n. El primero se sab¨ªa superior al resto y esperaba su momento; el segundo, por su parte, sab¨ªa que la referencia era su compatriota, a¨²n en el grupo de atr¨¢s. Antes de llegar a la media, Fabi¨¢n Roncero, con su car¨¢cter nervioso, emprendi¨® la aventura en solitario. Luego, en el kil¨®metro 30, llegaba la hora de Fiz, que lo hac¨ªa saltar todo por los aires. Dos a?os antes, ya hab¨ªa sido campe¨®n mundial en Gotemburgo (Suecia). En los Juegos de Atlanta, que quedaban muy cerca, hab¨ªa sido cuarto. Era y se sent¨ªa favorito. Ejerci¨® como tal y solt¨® a todo el mundo... menos a un Ant¨®n cuya zancada, muy elegante, se mantiene intacta. Qu¨¦ delicia, ahora y entonces, cuando se peg¨® al vitoriano. Tal y como lo hab¨ªa ideado en casa, donde se prepar¨® para la prueba subiendo muchas cuestas, visualizando un recorrido duro. Vi¨¦ndose, justamente, en esa situaci¨®n. Era el tercer marat¨®n que corr¨ªa, ya hab¨ªa ganado en Berl¨ªn y Corea, y, como hab¨ªa imaginado en Soria, este tambi¨¦n era suyo.
Siempre a la vista, sin perderle. Sufriendo en un puerto largu¨ªsimo, la oportunidad de Fiz para dejarle. Era entonces o nunca. Fue nunca. ¡°Viene Moneghetti¡±, le dec¨ªa Mart¨ªn a Abel, pidi¨¦ndole un relevo que no lleg¨®. ¡°El ir a rueda fue una t¨¢ctica de carrera. Cada uno juega su t¨¢ctica. En atletismo no es igual que en ciclismo. Con 20 km subiendo, ¨¦l me ten¨ªa que dejar. ?bamos solos y era uno contra otro¡±, analiza ahora el soriano, que revela que sufri¨® flato en el kil¨®metro 32. ¡°El que va delante tiene m¨¢s desgaste f¨ªsico y tambi¨¦n psicol¨®gico, no sabes si mirar atr¨¢s. No hubiera cambiado de t¨¢ctica. Mi plan es ir r¨¢pido a un ritmo continuo, tambi¨¦n hoy en d¨ªa¡±, completa Fiz, que en el homenaje, con el dorsal n¨²mero dos, s¨®lo se une en los ¨²ltimos compases de la carrera, lastrado por una lesi¨®n en el s¨®leo (en 2018, se convirti¨® en el primer atleta del mundo en ganar los seis majors en categor¨ªa de veteranos). Esta vez, las posiciones y las reglas eran una cuesti¨®n menor. ¡°Rememorar todo eso en el escenario de Panathinaik¨®, que es una maravilla de estadio... En el marat¨®n espa?ol ser¨¢ dif¨ªcil volver a ver esas im¨¢genes con dos espa?oles. Esos ocho a?os nos llamaban la Armada Invencible. Espa?a estuvo arriba en todos los campeonatos¡±, enlaza Ant¨®n con el presente, donde siguen ¡°unidos por los valores del atletismo¡±.
Un cambio que vali¨® un Pr¨ªncipe de Asturias
Y lleg¨® su momento. Ant¨®n, m¨¢s r¨¢pido, superaba el mal trago. Dejaba atr¨¢s el puerto y vislumbraba el llano. Todo en orden. Fiz a la vista y la gasolina justa para acelerar. 2h13:16 en el reloj. Cinco segundos despu¨¦s, cruzaba la meta el vasco. Esper¨® hasta los ¨²ltimos 300 metros, pero Mart¨ªn, incapaz de soltar a Ant¨®n en la parte m¨¢s dura de la carrera, ten¨ªa claro su destino desde mucho antes. Ya hab¨ªa sufrido al soriano en carreras m¨¢s cortas. De hecho, eso fue lo que anim¨® a Ant¨®n a adentrarse en el mundo maratoniano. ¡°Me pas¨¦ a la marat¨®n por ¨¦l, porque hac¨ªamos 5.000 y 10.000 y ve¨ªamos que en grandes competiciones era imposible estar arriba. Vi a Fiz que empez¨® a ganar en marat¨®n. Yo le sol¨ªa ganar, as¨ª que cre¨ª que ser¨ªa posible tambi¨¦n¡±, recuerda.
La marat¨®n se puso de moda y a nivel de p¨²blico est¨¢bamos en boca de todos. Fue muy bonito
Mart¨ªn Fiz y Abel Ant¨®n
Lo fue. Un antes y un despu¨¦s para el marat¨®n nacional y europeo, que no ha vuelto a celebrar como aquella vez. ¡°Somos los ¨²ltimos no africanos en ganar los Mundiales o la marat¨®n de Berl¨ªn... Y ya ha pasado tiempo y va a ser muy dif¨ªcil¡±, analiza Ant¨®n. ¡°Fue una temporada de crispaci¨®n, a los medios les interesaba el pique. Y eso nos benefici¨®. Ten¨ªamos un Mundial en Sevilla y todos quer¨ªan ese enfrentamiento. Eran ruedas de prensa y entrevistas continuas. La marat¨®n se puso de moda y a nivel de p¨²blico est¨¢bamos en boca de mucha gente. Fue bonito para todos¡±, coinciden ambos. Ese a?o, el equipo espa?ol de marat¨®n se llevaba el Premio Pr¨ªncipe de Asturias. ¡°El alcance internacional de unos deportistas que, sucesivamente, han ganado el Campeonato de Europa de 1994 (primero, segundo y tercero), el Mundial de 1995 (Mart¨ªn Fiz), el Mundial del 97 (Abel Ant¨®n) y la Copa del Mundo de 1997 al terminar ?bel Ant¨®n primero, Mart¨ªn Fiz segundo, Fabi¨¢n Roncero sexto y Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa decimoquinto¡±, recog¨ªa el texto de la fundaci¨®n. Este domingo, a su lado, corr¨ªan todos aquellos que, desde el otro lado, les animaron, de cerca o desde el televisor, en esas conquistas. Que se calzaron sus zapatillas por primera vez, seguramente, para pisar el sendero de sus ¨¦xitos. Zancada a zancada, lo siguen hasta Panathinaik¨®. Con Fiz y Ant¨®n, como dioses en Atenas.