Espanyol, cr¨®nica de un desenlace fatal
Se consum¨® el segundo descenso en apenas tres a?os con un escandalosa actuaci¨®n arbitral que empuj¨® a los blanquiazules al empate en Mestalla. El partido, un reflejo de la temporada.


Barcelona. 01:40. Fin de trayecto
Cuesta tanto escribir las necrol¨®gicas que es mejor empezar por el final, por ese camino de vuelta inundado por el silencio despu¨¦s de certificar el sexto descenso en la historia del Espanyol, tan esperado hace dos semanas como doloroso por la forma y el fondo. Lo vivido en Mestalla eriza la piel por el torbellino de emociones y por la injusticia de un partido que el equipo de Luis Garc¨ªa ten¨ªa en la mano, pero donde el arbitraje se lo arrebat¨® poco a poco. ¡°Ha sido un esc¨¢ndalo¡±, comentaron al un¨ªsono los compa?eros que siguen la informaci¨®n del Valencia en la sala de prensa. El atraco al equipo perico fue el empuj¨®n definitivo a un abismo que quiz¨¢s, en lo futbol¨ªstico, hace justicia a un club a la deriva a nivel institucional, social y deportivo, donde cada decisi¨®n que se toma es peor que la anterior.
De Rufete a Diego L¨®pez, el sarc¨¢stico destino
Cuatro horas antes todo era esperanza. Por el Paseo de la Alameda se atisbaba Mestalla. Los c¨¢nticos del millar de aficionados del Espanyol se escuchaban desde lejos, animados porque el perico siempre cree en los milagros, como el gol de Corominas en el 93¡ä o la fant¨¢stica remontada ante el Brujas en la UEFA del 88. A?orados tiempos pasados. El apocalipsis se hizo realidad en Valencia, ciudad de alegr¨ªa en la Copa del 2000 pero de l¨¢grimas en el descenso de 2023. Junto a los aleda?os del estadio que la semana anterior estuvo en boca de todos, un ni?o con la camiseta del Valencia y el nombre de Rufete paseaba de la mano de su padre. Una imagen que rescat¨® tiempos pasados, tambi¨¦n grises. Todo est¨¢ conectado en el decadente Espanyol de Chen, el peor presidente de la historia. Hasta Diego L¨®pez abri¨® la lata tras un error de Pacheco en la primera mitad. El destino es sarc¨¢stico.

Anulado Melamed, con Montes al rescate
Tanto Luis Garc¨ªa como Baraja se?alaron en la previa que las emociones iban a ser determinantes en la final de Mestalla. E intentaron los blanquiazules controlarlas a base de posesiones largas, pero los pericos confundieron la pausa con la parsimonia y no encontraron a un Melamed sustituido al descanso, bien marcado por un Valencia que se sab¨ªa el truco del juego interior. El Valencia jug¨® a otro ritmo, a toda velocidad, y pudo ampliar la ventaja, pero el gol al Espanyol se le cae de los bolsillos. Montes anot¨® a centro de un Cabrera que jug¨® de lateral para liberar a Brian, f¨®rmula que no funcion¨®. El descanso le sent¨® de maravilla al Espanyol, que no se pod¨ªa creer ese 1-1 ni todo lo que vendr¨ªa despu¨¦s.
Del gol inexistente de Griezmann al legal del mexicano
Sin apenas generar juego, el Espanyol se coloc¨® 1-2 con un tanto de Braithwaite, que aprovech¨® un error de Mamardashvili. El cazagoles dan¨¦s puso por delante a los de Luis Garc¨ªa. El Espanyol hab¨ªa hecho lo m¨¢s dif¨ªcil y ah¨ª empez¨® un nuevo partido, con un Valencia preso de los nervios y un Espanyol que fio su suerte a defenderse, y lo hizo con solvencia hasta la jugada del 2-2. Pero antes vino el primer esc¨¢ndalo. Montes le gana el salto en el ¨¢rea peque?a a un blando Mamardashvili y marca el 1-3. Era definitivo. Pero el mexicano apenas protest¨®, corri¨® hacia su campo. El ¨¢rbitro dud¨® y pit¨® falta. Nadie se lo comi¨®, nadie lo persigui¨® o reclam¨® revisi¨®n. Y el VAR se hizo el sueco. ¡°Sigan, sigan¡±. La acci¨®n fue tan clara y meridiana como la del 0-2 inexistente (o al menos sin un plano que lo certifique) de Griezmann la semana anterior. La grada de Valencia, muda, aconteci¨® con asombro a la decisi¨®n. Y sigui¨® animando a un Valencia al que se le acababa el tiempo.

Braithwaite y Calero, los ¨²ltimos ¡®frames¡¯
Por los resultados que se estaban dando a esas alturas de la noche, con los hinchas pericos mordi¨¦ndose las u?as y con el coraz¨®n a mil, el Espanyol ser¨ªa equipo de Primera si ganaba al Almer¨ªa en la ¨²ltima jornada. El Getafe no pasaba del empate ni tampoco el Valladolid, por lo que el Almer¨ªa vendr¨ªa al RCDE Stadium a jug¨¢rsela. Pero en el minuto 93, el mismo en el que Coro obr¨® la salvaci¨®n en 2006, todo explot¨® por los aires. Una conducci¨®n de Braithwaite acab¨® con el dan¨¦s por los suelos y reclamando una falta. Gil Manzano no apreci¨® nada (es dif¨ªcil saber si fue o no porque en las im¨¢genes no se ve contacto claro) y Lino recibi¨® el bal¨®n y se meti¨® hasta la cocina. Entre Vinicius, Cabrera, Pedrosa y Calero no lograron entenderse en las marcas y en qui¨¦n deb¨ªa saltar. Y Lino se meti¨® en el ¨¢rea y bati¨® a Pacheco. Calero, que apenas llevaba un minuto en el campo, no entendi¨® la jugada, y quiz¨¢s esa autocr¨ªtica de la que habla Luis Garc¨ªa se ajusta a meter un central en los momentos finales del partido cuando todo parec¨ªa controlado. Un 2-2 que volvi¨® a despertar al Espanyol, que vio como Gabriel Paulista le hac¨ªa un claro penalti a Braithwaite que tampoco vio el colegiado ni el VAR. El dan¨¦s no protest¨®. Incomprensible como en un momento tan visceral no saliera ese empuje. No hubo tiempo para mucho m¨¢s. Y el Espanyol se fue a Segunda cuando ten¨ªa la salvaci¨®n a un partido.
Las l¨¢grimas de Darder, el dolor de otro descenso
Mientras el encuentro agonizaba, marc¨® el Getafe, resultado que enviaba a los blanquiazules a Segunda. Se produjo la cat¨¢strofe con una sensaci¨®n de impotencia e incredulidad, reflejada en las l¨¢grimas de Darder, un gran jugador en la historia perica que ha sufrido dos descensos, golpes demasiado duros. El capit¨¢n, despu¨¦s de hablar para Movistar+, solo en el campo, se tap¨® la cara con la camiseta y enfil¨® al t¨²nel de vestuarios, hundido. La ¨²ltima imagen de la cr¨®nica de un desenlace fatal de una temporada desastrosa en todos los sentidos tras un partido que sintetiza el a?o: errores en la porter¨ªa y defensivos, condicionamientos arbitrales, goles inesperados y falta de identidad. El Espanyol vuelve al infierno. ?l mismo se lo gan¨® y en las dos ¨²ltimas jornadas le dieron el empuj¨®n definitivo.