El ¨²ltimo volantazo de Jes¨¦
Su fichaje por el Ankarag¨¹c¨¹ turco ampl¨ªa una carrera de vaivenes y condicionada por aquella maldita lesi¨®n ante el Schalke.


Fue m¨¢ximo goleador en La F¨¢brica, estrella en el Castilla, referente en las categor¨ªas inferiores de Espa?a. Lleg¨® al primer equipo del Madrid, se asent¨®, se convirti¨® en el relevo natural de Cristiano. Su nombre ilusion¨® al madridismo, al f¨²tbol espa?ol. Pero todo se derrumb¨® con aquella lesi¨®n grave ante el Schalke. La carrera de Jes¨¦ Rodr¨ªguez se torci¨®. Y de repente ahora vuelve a dar un tumbo con su fichaje por un reci¨¦n ascendido en Turqu¨ªa, el Ankarag¨¹c¨¹.
Jes¨¦ llega a un club modesto en un momento extra?o. A¨²n no ha cumplido 30 a?os y sin embargo da un paso al lado respecto al f¨²tbol de m¨¢xima ¨¦lite. Nunca hab¨ªa querido salir de una rueda en la que ¨¦l se sent¨ªa ilusionado. Incluso despu¨¦s de estar sin ficha en el PSG consideraba que pod¨ªa volver a ser el que fue. Contrat¨® a un entrenador profesional, a un nutricionista, que le pusieron nuevamente en forma, tal y como cont¨® a este diario en una entrevista en Par¨ªs.
La lesi¨®n grave de Jes¨¦ le fren¨® cuando mejor estaba en el Madrid, incluso peleando por ser titular. Una vez que regres¨®, mucho m¨¢s musculado pero menos el¨¦ctrico, le cost¨® encontrar su sitio. El PSG apost¨® fuerte por ¨¦l pensando que podr¨ªa recuperarlo, pero no fue as¨ª. Sali¨® cedido a su casa, Las Palmas, al Stoke, al Betis. En ninguno sobresali¨® del todo, si acaso actuaciones puntuales que eran insuficientes para los t¨¦cnicos. F¨ªsicamente era otro.
En el Sporting de Portugal toc¨® fondo. El conjunto lisboeta no quiso saber nada de ¨¦l tras media temporada en sus filas y el PSG tambi¨¦n decidi¨® deshacerse de ¨¦l. Acab¨® nuevamente en Las Palmas, en su tierra, cerca de su familia y en el h¨¢bitat en el que m¨¢s c¨®modo pod¨ªa encontrarse. Las dos ¨²ltimas temporadas, mucho m¨¢s tranquilo en todos los sentidos, han sido las mejores en muchos a?os. En la que acab¨® hace unas semanas, de hecho, anot¨® 11 goles en 41 partidos y ayud¨® a que el equipo entrar¨¢ en el playoff.
Insuficiente, a¨²n as¨ª, para buena parte de la afici¨®n, que no le perdon¨® algunos de sus fallos y actitudes con los que cerr¨® el curso. Su salida era natural. Lo que nadie esperaba era el destino. Un reci¨¦n ascendido de Turqu¨ªa, un club de la parte asi¨¢tica del pa¨ªs, un lugar en el que Jes¨¦ podr¨¢ escribir una historia m¨¢s de su extra?a carrera, aquella que le encumbr¨® pronto como posible aspirante al Bal¨®n de Oro y hoy le lleva al f¨²tbol m¨¢s ¡®r¨¢ndom¡¯ de Europa.