El estilo de Marcelino se impone en la locura de Anoeta
</br><a title='Huesca - Valencia en directo: LaLiga Santander en vivo' href='/futbol/2019/05/05/primera/1557078141_115850.html'>Huesca - Valencia en directo: LaLiga Santander en vivo</a>


Como si fuera un capitul¨® de Juego de Tronos, Real Sociedad y Valencia dirimieron en Anoeta una lucha de poder a poder espectacular, sin descanso, de la que sali¨® victorioso el equipo valencianista gracias a los goles de Guedes, Nacho Vida y Zaza, cuando ya se consum¨ªa el partido. Un encuentro intenso y pleno de ritmo que deriv¨® en una locura de ocasiones y goles que termin¨® decidiendo el italiano cuando parec¨ªa que lo m¨¢s justo, por el esfuerzo de ambos equipos, era el empate. Marcelino, de esta manera, sigue invicto contra la Real, y vuelve a imponer su estilo contra el de Eusebio, que puso en liza una idea completamente diferente.
El gui¨®n inicial fue el esperado, con la Real monopolizando la pelota, y el Valencia esperando el fallo del rival, con una presi¨®n alta que dificultaba mucho la salida de bal¨®n de los donostiarras. Ambos equipos, cada uno con su estilo, con se amilanaban y buscaban la porter¨ªa rival, conscientes de que una victoria les pod¨ªa confirmar en la pelea por las plazas europeas. Eusebio volv¨ªa a su centro de campo habitual, con el que es capaz de darle otro aire a su ataque, la marcha que le falt¨® el pasado jueves. Y Marcelino daba muestras de conocer muy bien a su rival, intentando ahogar su sala de m¨¢quinas para que el bal¨®n no llegara en buenas condiciones a los atacantes realistas. Zaza era un incordio absoluto para la zaga realista, mermada por su juventud y ante la ausencia de centrales experimentados, con Zubeldia intentando mantener el tipo. Guedes y Rodrigo, con su velocidad, buscaban a la contra a una Real que ten¨ªa entre ceja y ceja la porter¨ªa de Domenech.
El partido estaba atractivo con dos equipos que no saben especular. Unos con el bal¨®n, otros a la contra. Choque de estilos muy claro. Pero siempre llegando con peligro. Porque el Valencia cada vez que robaba creaba una ocasi¨®n clara de gol, como en el 0-1, una cabalgada de Guedes tras una indecisi¨®n de la zaga realista para ceder a Rodrigo, que en boca de gol adelantaba a los valencianistas. El gol lleg¨® en esa jugada, pero pod¨ªa haber llegado antes, porque tuvo varias oportunidades claras, en las botas del propio Guedes y de Zaza. Pero la Real respond¨ªa a su manera, con el bal¨®n, que lo tuvo m¨¢s, y salvo alguna indecisi¨®n que le pudo costar alg¨²n disgusto, lo movi¨® con m¨¢s velocidad que el pasado jueves. La presencia de Oyarzabal y Zurutuza se notaba entre l¨ªneas, lo mismo que el ¨ªmpetu de Odriozola. Los tres le dieron otro aire al ataque realista, y lleg¨® la verticalidad necesaria para generar peligro. Pudo empatar Willian Jose, pero fue Aritz Elustondo al rematar de forma inapelable un saque de c¨®rner fant¨¢sticamente botado por Oyarzabal. Con empate se llegaba al descanso, con cualquiera de los dos haciendo m¨¦ritos suficientes como para ir por delante en el marcador.
Pero lo mejor estaba reservado para la segunda parte, en la que el Valencia, a la contra, busc¨® siempre la victoria. Parec¨ªa que la encontraba con una galopada de Nacho Vidal, que super¨® a Rulli con mucha calidad. Respond¨ªa r¨¢pido la Real con un golazo impresionante de Oyarzabal. Para entonces la Real jugaba ya con un jugador menos por la expulsi¨®n de Zubeldia, muy rigurosa, pero que solo reflejaba la dificultad que tuvo que soportar para cubrir las importantes ausencias en la defensa. Pero pronto se equilibraba tambi¨¦n el n¨²mero de jugadores con evitable expulsi¨®n de Kondogbia. Y con un hombre menos cada equipo, parec¨ªa que la Real buscaba con m¨¢s ah¨ªnco el gol de la victoria, que lo ten¨ªa m¨¢s cerca, hasta que apareci¨® otra vez Guedes para recorrer todo el campo de Anoeta y servir en bandeja la gloria a Zaza, que estaba con la ca?a m¨¢s que preparada. Locura en el Valencia, rabia en la Real. Era el ep¨ªlogo a una preciosa batalla, esas de las que quieres que tengan premio los dos, porque realmente lo merecieron.