Acceder a todo lo que te piden puede aportarte fama de buen compa?ero, empleado o amigo, pero tambi¨¦n puede resultar agotador. B¨¢sicamente por dos razones: porque hay ocasiones en las que, aunque nos gustar¨ªa acceder a lo que nos piden, va a complicarnos la vida (por falta de tiempo o medios), y tambi¨¦n porque hay veces que directamente no nos gustar¨ªa hacerlo, preferir¨ªamos decir que no, que no nos da la gana, pero no tenemos la fuerza necesaria para verbalizarlo, y en vez de eso optamos por un "s¨ª, vale".

¡°Decir s¨ª cuando en realidad deber¨ªamos decir no, nos lleva a realizar tareas que no deseamos, relegar nuestras necesidades prioritarias, generar angustia innecesaria por no saber defender nuestros propios derechos, sentirnos infelices y hasta abrir una v¨ªa neur¨®tica en nuestra vida¡±, explica Jos¨¦ El¨ªas Fern¨¢ndez, del Colegio Oficial de Psic¨®logos de Madrid y director del Centro que lleva su nombre.

Sin embargo, hay personas a las que decir "no" es todo un desaf¨ªo. Y sin embargo hay que decirlo de la manera m¨¢s clara posible; un "no puedo", por ejemplo, dejar¨ªa la puerta abierta. La observaci¨®n proviene de un estudio de 2012 en la revista Journal of Consumer Research y se refiere al espacio que deja la declaraci¨®n "no puedo" como un "quiz¨¢ m¨¢s adelante". Cuando no deseamos hacer algo, hay que ser tajante: como dir¨ªa aquel, "no es no".

?Por qu¨¦ decimos "s¨ª" cuando queremos decir "no"?

¡°Por miedo a defraudar o a ser rechazados, para evitar conflictos, por falta de seguridad en nosotros mismos, timidez o sumisi¨®n social, por agradar a toda costa a personas que queremos o tememos. A veces incluso por la imagen tan pobre que tenemos de nosotros mismos, que nos hace tener una visi¨®n err¨®nea y distorsionada de nuestras necesidades con respecto al entorno en el que nos movemos, provoc¨¢ndonos miedo a responder con un criterio propio y personal¡±, argumenta Jos¨¦ El¨ªas.

Para Magdalena Cremades, del equipo de psic¨®logos de Psicolog¨ªa en Positivo,¡°puede relacionarse con el beneficio o perjuicio que creamos que puede tener expresar o comportarnos como somos. Somos seres sociales, necesitamos sentir que pertenecemos a grupos y que las personas que nos rodean nos aceptan y quieren. Por eso, en ocasiones y con el objetivo de satisfacer esta necesidad, podemos tender a actuar o decir cosas que, lejos de cuanto pensamos realmente, creemos que puede ayudar a que los dem¨¢s nos acepten. De esta forma, dejamos a un lado quienes somos verdaderamente y nos comportamos en base a lo que creemos que se espera de nosotros¡±.

Aprender a decir "no"

S¨ª, se puede. ¡°En primer lugar es importante detectar que existe ese problema, ya que a menos que se tome conciencia no podr¨¢ solucionarse¡±, advierte Magdalena. ¡°Tenemos que practicar estrategias adecuadas, principalmente desarrollando la autoestima y la asertividad. La autoestima es la valoraci¨®n que tenemos de nosotros mismos como seres humanos, siendo lo m¨¢s objetivos posible, y la asertividad es la capacidad de defender los derechos individuales sin violar los ajenos, o expresar lo que sentimos sin agresividad ni sumisi¨®n¡±, dice Jos¨¦ El¨ªas.

Pero no es tan f¨¢cil: podemos herir a los dem¨¢s. Por eso hay que asumir que ¡°nunca podemos estar de acuerdo con todos. Para aprender a hacer lo que deseamos, respetando siempre a los dem¨¢s, hemos de tener claras en cada momento nuestras prioridades, rechazando situaciones poco gratificantes. Y sobre todo saber que lo m¨¢s importante es no decepcionarnos a nosotros mismos. No estamos obligados a dar explicaciones o excusas para justificar nuestro comportamiento. Si se provoca alg¨²n conflicto, expresarnos sin someternos ni ofender, de forma directa, clara, sin precipitarnos¡±.

Paso a paso

Existen muchas t¨¦cnicas asertivas pr¨¢cticas que pueden ayudarnos a expresar libremente y con determinaci¨®n cuanto pensamos, seg¨²n Cremades. Fomentan la expresi¨®n de los derechos propios respetando el punto de vista de quien nos escucha.

Anal¨ªzate: ¡°Lo primero es hacer un autoan¨¢lisis de nuestra asertividad. Teniendo en cuenta si nos dejamos manipular por los dem¨¢s, si cuando no somos asertivos, nos sentimos culpables de herir los sentimientos de otras personas", dice Jos¨¦ El¨ªas.

Elige el momento: "Si sabemos que tenemos problemas para negarnos a realizar algo, nunca aceptemos al momento: es bueno tomarnos un tiempo para responder. As¨ª podremos reflexionar y analizar los pros y contras de nuestra decisi¨®n. Por ejemplo: ¡®me gustar¨ªa complacerte, ma?ana cuando mire la agenda te respondo¡¯. Hay que entender las razones de la persona que nos pide un favor, para decir no de forma concisa, sin explicaciones y finalizar de forma agradable, por ejemplo: ¡®Te agradezco que hayas pensado en m¨ª", recomienda Jos¨¦ El¨ªas.

Recurre a la t¨¦cnica del s¨¢ndwich: consiste, seg¨²n Cremades, "en responder dando un mensaje que sea positivo para nuestro interlocutor, seguido de un mensaje que exprese nuestra negativa a cuanto nos ha expuesto, para terminar con otro mensaje positivo en el que propongamos alguna alternativa¡±. Ejemplo: Gracias por pensar en m¨ª (positivo) pero no disfruto con ello (negativo), ?y si en otra ocasi¨®n hacemos algo con lo que disfrutemos los dos? (positivo).

Conseguir expresar lo que realmente deseamos es m¨¢s importante de lo que parece. ¡°Solo cuando somos coherentes con lo que sentimos, decimos y hacemos, conseguimos estar en paz tanto con nosotros mismos como con los dem¨¢s. La dificultad se encuentra en que a veces tendemos a pensar que quienes nos rodean esperar¨ªan que fu¨¦ramos de forma diferente a como somos, que nos valorar¨ªan m¨¢s si nos comport¨¢ramos de manera distinta. Y en ese af¨¢n por querer cumplir sus expectativas (las cuales probablemente sean creencias nuestras), entramos en una lucha interna con quienes somos realmente¡±, concluye Magdalena Cremades.