Fuego, barro, destrozos, ca¨ªdas... el Swampfest volvi¨® a ser un desmadre
El ic¨®nico festival de BMX y skate en Florida volvi¨® a ser un caos -des-controlado: estructuras improvisadas, saltos imposibles y una comunidad fiel a la locura.
No hay evento como el Swampfest. Cada a?o, cientos de riders y fan¨¢ticos del BMX y el skate viajan hasta Florida para sumergirse ¡ªliteralmente¡ª en el barro, las llamas y los trucos m¨¢s extremos. Organizado por el rider profesional de BMX Trey Jones desde 2016, el festival se ha consolidado como una celebraci¨®n aut¨¦ntica de la contracultura sobre ruedas.
M¨¢s que una competici¨®n, el Swampfest es una declaraci¨®n de principios. Aqu¨ª no hay jueces ni podios. Lo que importa es la creatividad, el atrevimiento y la resistencia para seguir montando aunque el park est¨¦ hecho pedazos. Este 2025 no fue la excepci¨®n: estructuras de madera construidas por los propios riders, saltos desde rampas que desaf¨ªan toda l¨®gica y un ambiente que mezcla esp¨ªritu punk con fiesta salvaje.
¡°Es el ¨²nico lugar donde puedes volar por los aires, caer en un charco de lodo y que todos aplaudan como si fuera lo mejor del d¨ªa¡±, coment¨® entre risas el rider estadounidense Colt Fake, uno de los m¨¢s veteranos del evento. ¡°?Vaya pasada! Un gran agradecimiento a Trey Jones por organizar un evento tan alucinante. Recomiendo totalmente que todo el mundo vaya", dec¨ªa Aaron ¡®Jaws¡¯ Homoki, un referente del skateboarding que lo document¨® para su canal de YouTube.
A pesar de las restricciones impuestas por el cuerpo de bomberos ¡ªque este a?o prohibieron el uso de fuegos artificiales¡ª, el festival mantuvo su atm¨®sfera incendiaria. Las hogueras improvisadas y la destrucci¨®n controlada de obst¨¢culos se llevaron gran parte del protagonismo, junto con una comunidad que no necesita mucho m¨¢s que una bicicleta, madera reciclada y ganas de romper las reglas.
El Swampfest no busca ser masivo ni comercial. Las entradas se consiguen online o en la puerta, y el acceso al camping es limitado. Cada asistente debe firmar una exenci¨®n de responsabilidad antes de cruzar la entrada: aqu¨ª, el riesgo no es un accidente, sino parte del atractivo.
Una vez m¨¢s, el barro fue testigo de una cultura que prefiere caerse con estilo a rodar sobre seguro.
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