El juego del gato y el rat¨®n entre viento y arena

¡°Jes¨²s, estoy fundido¡±. La confesi¨®n de Abel Ant¨®n, doble campe¨®n del mundo de marat¨®n que a sus 61 tacos sigue teniendo el cuerpo y el coraz¨®n de los purasangres, describe cerca de la meta y gr¨¢ficamente lo que fueron los 100 km de la quinta etapa de la Titan Desert Marruecos. La m¨ªtica jornada de las dunas. La de desierto puro. De arena, pistas llenas de trampas y navegaci¨®n. Una bestialidad que desata todas las emociones en los que entran en meta.

Ant¨®n, enrolado en el Aural Team con el objetivo de acompa?ar hasta la meta a Silvia Gonz¨¢lez, paciente oncol¨®gica, vio la cara al desierto. Y es descarnada. Hostil. Peligrosa si no se afronta con respeto... y mucha agua, porque las temperaturas superaron los 35 grados en algunos tramos. De entrada, 50 km siguiendo el track. Como hasta ahora. El track es un trazado que proporciona la organizaci¨®n y que sigues a trav¨¦s de tu GPS. Todav¨ªa con cierto ¡®fresquito¡¯ toc¨® subir las dunas de Erg Chebbi. A pie, claro. Remontando la arena con las bicis mientras alguna caravana de camellos pasa a tu alrededor. Unos cinco kil¨®metros a pie. Momento de fotos. De felicidad antes de ponerte a rodar por pistas que no sabes muy bien a d¨®nde conducen, cerca de la frontera con Argelia, porque todo es igual.

Pero los ¨²ltimos 50 km tocaba navegar. La organizaci¨®n proporciona un par de puntos de paso obligatorios (waypoints) y la localizaci¨®n de los puntos de control y las estaciones de hidrataci¨®n y cada cual se busca la vida. Dif¨ªcil. Para el arriba firmante, poco ducho en estos temas, casi imposible. As¨ª que toca seguir a los expertos, como Carlos, del Aural Team, con varias Titan a sus espaldas.

Es como el juego del gato y el rat¨®n. Ruedas en grupos y, de repente, en un cruce de caminos, se parte en dos direcciones. ?Cu¨¢l tomas? ?Te f¨ªas de los que han trazado un atajo? ?Conf¨ªas en que tu track no est¨¦ mal? ?Te arriesgas a comerte m¨¢s kil¨®metros? Un drama que vas resolviendo con ayuda. Con mucha tensi¨®n. Con paradas para discutir por d¨®nde ir. Subes una loma de piedras, aparece un militar de la nada, te tiras por un sendero y tras una empalizada aparece un punto de control. Y resoplas. En el grupo, Silvia viene con el est¨®mago tocado. Es un d¨ªa para no equivocarse.

Pero nada es f¨¢cil en esta carrera llena de trampas. Como la ¨²ltima, de 10 km finales por bancadas de arena barridas por un fuerte viento que te tira la arena a la cara y no deja ver las banderolas del campamento y la meta. ¡°Estoy fundido, Jes¨²s¡±.... Y yo m¨¢s. Queda un d¨ªa.

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