Asfalto, ladrillo, ne¨®n y ruido. Los huesos y el envoltorio, los vestidos, de las ciudades suelen ser lo que salta a la vista m¨¢s r¨¢pido en cuanto echas un ojo. Una carta de presentaci¨®n a vuelapluma. Pero es la piel, lo que no se nos abre hasta que no la pateamos, lo que explica de verdad a una ciudad. Y la de Los ?ngeles, ese extra?o lugar entre el Pac¨ªfico y las estrellas, es una piel tatuada. Que cuenta, cuando hace falta y a veces a grito pelado, su historia. Es una hagiograf¨ªa espont¨¢nea, un vadem¨¦cum desordenado; una forma de o¨ªr, entender y descubrir que s¨®lo nos pide una cosa. Una que deber¨ªa ser una obviedad pero que tantas veces no hacemos: que miremos.

Los ?ngeles te entra por los ojos, en el estallido de colores de sus murales. Que son su arte y su pulso vital. Se explica en sus paredes, una br¨²jula que se?ala a movimientos pol¨ªticos y culturales. Tratado de h¨¦roes y popurr¨ª de sabidur¨ªa popular. El boca a boca del espray. Desde un cielo azul radiante a esos barrios que parecen no acabarse nunca, desparramados hasta el infinito y sin concierto. Los ?ngeles, en fin, es la capital mundial de los murales. Hay miles en sus calles -su piel- hasta el punto de que las instituciones acabaron creando programas de documentaci¨®n y conservaci¨®n. Si la ciudad quer¨ªa ser entendida, primero ten¨ªa que entenderse a s¨ª misma.

El gran protagonista de ese galimat¨ªas de colores que acaba siendo una gu¨ªa de instrucciones (otra vez: si miras) es Kobe Bean Bryant. Al menos desde la tragedia, el accidente de helic¨®ptero en Calabasas el 26 de enero de 2020. La ciudad se ech¨® a las calles a pintar, se tatu¨® sus mil formas de entender a Kobe porque no conoc¨ªa otra forma mejor para lidiar con el duelo. Avanzar a base de fijar en las paredes lo que estaba en su retina y su memoria. Asegurarse de no olvidar, de que podr¨ªa seguir en movimiento perpetuo porque quedaba un rastro de pan que la devolver¨ªa a casa. Ser un lienzo, entre el luto y el homenaje. El tributo al legado y al hombre, a qui¨¦n y qu¨¦ era Kobe: el deportista, el icono, el inmigrante, el laker, el h¨¦roe.

¡°Si muere Superman, ?qui¨¦n nos queda que podamos admirar?¡± se preguntaba el cineasta Patrick Green cuando puso en marcha Sincerely Los Angeles, un documental en el que sigue trabajando y que quiere embridar esa relaci¨®n entre Kobe y Los ?ngeles, entre la ciudad y quien la acab¨® personificando, tambi¨¦n en el drama. Finalmente, una forma de volver a lo at¨¢vico, a la vida y la muerte: ¡°Los murales tienen un gran poder. Muchas de las personas que aparecen en ellos para nosotros son, literalmente, h¨¦roes, incluso superh¨¦roes. Cuando miras algunos de los dedicados a Kobe, tienes que mirarle a los ojos, eso es siempre lo primero que yo hago. Compruebo si siento esa conexi¨®n, como si estuviera volviendo a la vida¡±, reflexionaba Green justo despu¨¦s del confinamiento.

Un compa?ero para el icono definitivo

Hay cientos de murales de Kobe en Los ?ngeles. Pero s¨®lo hay uno en el que, adem¨¢s, aparece a su lado Pau Gasol, el jugador que acab¨® siendo escudero perfecto: la v¨¢lvula, el compa?ero y el facilitador. El punto de apoyo de los a?os m¨¢s felices, seguramente, de Kobe como jugador de baloncesto. De sus anillos sin Shaquille O¡¯Neal (2009 y 2010), de su transformaci¨®n en otro tipo de l¨ªder, uno mejor. El jugador total, el icono definitivo.

Sin ese trago, la estabilizaci¨®n de la franquicia despu¨¦s de a?os de zozobra y la sanaci¨®n de una relaci¨®n con su megaestrella que se hab¨ªa desgastado casi hasta lo irreconciliable, es imposible entender qui¨¦n fue Pau Gasol en los Lakers, la franquicia que ha retirado su n¨²mero 16 y lo ha convertido as¨ª en una de sus leyendas. Y sin pisar Los ?ngeles con los o¨ªdos bien abiertos no se termina de apreciar c¨®mo de importante es estar en esa pared, justo al lado de Kobe. Es formar parte de la cultura. Ser Los ?ngeles.

El mural est¨¢, sin alejarse mucho del downtown pero donde ya no se alargan las sombras de los rascacielos, en 1525 S Broadway, el cruce de Hill Street y Venice Boulevard. En una manzana que apenas tiene un rinc¨®n sin pintar y en la que tambi¨¦n aparece Vannesa Bryant, quintaesenciada con su sudadera de la Mambacita y ese gesto tan suyo, entre elegante y fiero. Y Kobe, claro. Por todas partes: casi, casi siempre de p¨²rpura y dorado, pero tambi¨¦n de esmoquin con su Oscar (mejor cortometraje de animaci¨®n en 2017); junto a Shaq y Allen Iverson, por supuesto al lado de Gianna, la hija que falleci¨® a su lado. Y con Pau.

El mural, en grises, reimagina una fotograf¨ªa, muchos aficionados la habr¨¢n visto mil veces, en la que Gasol abraza desde atr¨¢s a Bryant durante un partido. Lo firma Ground Floor Murals, el nombre de guerra de Paul Jimenez y Signe Ditona, una pareja de artistas latinos de San Diego, ese rinc¨®n tan especial a menos de 200 kil¨®metros al sur. Un pie en California, el otro en M¨¦xico. Tehrell Porter, uno de esos artistas callejeros que se pusieron a explicar con aerosoles c¨®mo se sent¨ªa la ciudad de Los ?ngeles tras la muerte de Kobe, quiso que pusieran su granito de arena. Ahora cuentan en AS que era impensable decir no porque ¡°hay cierta rivalidad entre las dos ciudades, pero no cuando se habla de Kobe Bryant¡±.

Un Kobe feroz, un Kobe sentimental

¡°Elegimos esa imagen porque quer¨ªamos mostrar el tipo de relaci¨®n que hab¨ªa entre ellos. Creemos que, con Pau, Kobe fue todo lo Kobe que pod¨ªa ser. Nos parece algo muy sentimental. El cari?o que se ten¨ªan era muy visible, y esa fotograf¨ªa lo explica a la perfecci¨®n. Hay un mensaje importante ah¨ª. Otras muchas im¨¢genes muestran a un Kobe feroz, muy intenso. Pero esta es puro amor, hermandad. Y eso era lo que quer¨ªamos dejar ah¨ª para la ciudad de Los ?ngeles. Quer¨ªamos esa imagen en concreto y quer¨ªamos hacerlo en negro y gris para plasmar la esencia, el cari?o compartido en ese instante¡±. El poder del mensaje.

Esa relaci¨®n en la que hacen hincapi¨¦ es la misma que se puede trasladar desde su mural hasta la ceremonia de retirada del n¨²mero 16 de Pau Gasol, el 7 de marzo en el viejo Staples, ahora Crypto.com Arena: ¡°Creemos que hab¨ªa que mostrar cu¨¢nto se quer¨ªan y contar tambi¨¦n que eso era algo que nos inspiraba. Si en el mundo hubiera m¨¢s amor y la gente estuviera m¨¢s dispuesta a mostrarlo, ser¨ªa un lugar m¨¢s pac¨ªfico. Y si podemos convencer a alguien de que eso est¨¢ bien, que se puede exteriorizar el amor y apoyar a los dem¨¢s, que se puede mostrar que se es vulnerable... entonces podemos conseguir que sea inspirador. Y esta imagen encapsula todo eso representado, adem¨¢s, por dos estrellas de la NBA. Creo que es maravilloso que la gente la vea, que los fans de Kobe vean que no hay nada de malo en compartir esos momentos, ese amor. En mostrarlo ante los dem¨¢s. Y que es ah¨ª donde se encuentra m¨¢s paz, m¨¢s felicidad, ¨¦xito...¡±.

El acento latino y una historia familiar

La conexi¨®n latina aparece enseguida, como pasa con casi todas las historias sobre los a?os de Pau Gasol en los Lakers que circula por la otra L.A., la que se aleja de la brillantina de Hollywood: ¡°Es algo que sent¨ªamos con ¨¦l desde ni?os, claro. Adem¨¢s, en mi caso, es que ya lo notaba en el nombre porque me llamo Paul y ¨¦l Pau. Y a partir de ah¨ª te fijabas en c¨®mo era y nos enganch¨®. Molaba mucho c¨®mo se comportaba¡±.

El resto del v¨ªnculo de Jimenez con los Lakers lo puso, curiosamente, su abuela: ¡°En mi familia no se ve¨ªa mucho baloncesto, pero ella ten¨ªa un crush con Kobe, as¨ª que con ochenta y tantos a?os se pon¨ªa todos los partidos. Cada vez que iba a su casa, estaba viendo a los Lakers. Y as¨ª acab¨¦ viendo yo tambi¨¦n muchos partidos de ellos. A ella le gustaba ir a ver nuestros murales, pero mi foto favorita es una en la que est¨¢ mirando precisamente el de Kobe y Pau¡±.

De todo ese background, esa forma de llegar a esos Lakers y sus dos estrellas, naci¨® un enfoque distinto al de casi cualquier otro mural sobre Kobe: ¡°Destaca mucho porque es el ¨²nico en el que est¨¢n los dos, pero es que Pau era muy importante para Kobe y la imagen en la que se basa es una muy tierna, muy emotiva. El resto, en esa misma manzana, lo definen como un jugador muy agresivo, siempre ultra concentrado. Pero nuestro mural plasma un momento muy bonito con un amigo. Por eso Pau es clave en ¨¦l. Eso que supo sacar de Kobe es lo que quer¨ªamos capturar. Su legado es muy importante, por eso es incre¨ªble que le hayan retirado la camiseta. Merece eso y m¨¢s. Toda la gente con la que hablamos tiene un grand¨ªsimo recuerdo de ¨¦l, todos, y eso tiene que ver con el jugador pero tambi¨¦n con qui¨¦n era fuera de las pistas¡±.

Por eso, seguro, fue especialmente importante ver que Pau bendijo su trabajo en las redes sociales: ¡°Para nosotros fue muy especial que Pau compartiera una imagen del mural, que lo viera y le gustara. Eso es lo que queremos cuando pintamos. Creo que nos arriesgamos un poco con la imagen que escogimos, no sab¨ªamos si era como ellos quer¨ªan ser representados, vistos. Me gustan mucho los deportistas como Pau. Se vio en la ceremonia, que fue muy emocionante, c¨®mo mantuvo la compostura. Es alguien que da ejemplo, uno de esos deportistas que saben que hay muchos ni?os pendientes de ellos¡±.

La pandemia, los problemas, la comunidad

Jimenez y Ditona no llevaban mucho tiempo pintando murales cuando se les ofreci¨® compartir vivencias con los artistas de Los ?ngeles. Su punto de partida, de hecho, fue el momento m¨¢s duro de la pandemia, en pleno confinamiento: ¡°Sent¨ªamos que se nos hab¨ªa acabado la suerte. Nos despidieron del trabajo a los dos en la misma semana y no sab¨ªamos qu¨¦ hacer. As¨ª que empezamos a dibujar en casa, todos los d¨ªas. Y como cada vez se nos daba mejor, quisimos comprar unos espr¨¢is y probar en exteriores. Yo viv¨ªa con mi madre y en su casa hab¨ªa un patio con una pared en la que pint¨¦ un gallo. Luego mi t¨ªa me pidi¨® que hiciera algo en la suya, y as¨ª sucesivamente¡­ nos fuimos subiendo en la ola. Lleg¨® un momento en el que quisimos hacer algo para la ciudad de San Diego, as¨ª que pintamos a Tony Gwynn, que aqu¨ª es como Michael Jordan, una leyenda. As¨ª que pintamos ese mural, los Padres (la franquicia MLB de San Diego en la que Gwynn jug¨® de 1982 a 2001) lo vieron y empezamos a trabajar tambi¨¦n con ellos. As¨ª tuvimos la oportunidad de pintar a muchos deportistas¡±.

Cuando se habla con ellos sobre por qu¨¦ les gusta expresarse a trav¨¦s de los murales y el arte callejero, se regresa a lo que Patrick Green quiere plasmar en Sincerely Los Angeles. El sentimiento de comunidad, la conexi¨®n entre las personas, los mensajes y el poder de las im¨¢genes en un sentido profundamente democr¨¢tico y global del arte, motivaciones decisivas para Ground Floor Murals: ¡°Son algo que todo el mundo puede ver en la ciudad. Si no tienes los medios para ir a un museo, puedes ver esas obras en tu barrio. Embellecen las comunidades, hacen que la gente est¨¦ orgullosa del lugar en el que viven, se vea y sienta representada. Que sepa que hay quien les presta atenci¨®n. Queremos que todo el mundo sepa que esto es algo que nos puede unir, que estamos todos en el mismo barco y que estamos en la base, todos en el nivel del suelo. El ¨¦xito, el crecimiento, la mejora econ¨®mica¡­ todo tiene que salir de ah¨ª, de la base¡±.

Una forma de ver la vida y celebrarla, valorarla, a veces a trav¨¦s de la desgracia y la p¨¦rdida. Tambi¨¦n por eso, por el sentido m¨¢s profundo de homenaje, est¨¢ tan presente Kobe Bryant en las paredes de Los ?ngeles: ¡°Los murales son geniales porque encapsulan un determinado momento que provoca recuerdos y sensaciones muy distintas en cada persona que lo mire. Algunos se acuerdan de un partido concreto, otros de lo que signific¨® la relaci¨®n de Pau y Kobe... Cuando ven el mural, recuerdan a la pareja que hac¨ªan, y eso es algo que nos encanta porque consigues evocar cosas distintas con una sola imagen. Adem¨¢s, lo bueno de jugadores as¨ª es que no se trata solo de que sean de los Lakers. La gente en San Diego, o donde sea, tambi¨¦n los admira, es algo que va m¨¢s all¨¢ del baloncesto. Y ojal¨¢ la gente piense eso cuando vea el mural. Que aprecien a Kobe y Pau, sobre todo por lo que eran como personas¡±.