Doncic, la primera no es de oro

No hay nada peor que ver a lo lejos algo muy malo aproxim¨¢ndose hacia ti y quedarte petrificado, sin reacci¨®n, helado. En la eliminatoria entre Lakers y Timberwolves se han ido dando pasos en una ¨²nica direcci¨®n, la del triunfo de los de Minnesota, con un juego fluido que es exactamente el que le gustar¨ªa haber desplegado a los California. Fuerza interior, no s¨®lo debajo del aro por sus interiores sino con capacidad de hacerse notar dentro del per¨ªmetro, penetraciones alegres, decisiones r¨¢pidas en las transiciones, ayudas bien dadas y, sobre todo, encontrando los puntos d¨¦biles y haciendo de ellos una hemorragia hasta el desangramiento. Justos vencedores de una primera ronda que, en t¨¦rminos generales, hasta ha sabido a poco dados los protagonistas del relato.

Se van los Lakers. Lo hacen con una aproximaci¨®n a lo grotesco despu¨¦s de, tras el traspaso para hacerse con Doncic, inflar las opciones a m¨¢s no poder. Clasificados como terceros, es la primera vez en su vida que no pasan de la primera ronda habiendo logrado un puesto as¨ª o mejor en la fase regular. Haciendo historia de la mala. La de Luka en la franquicia, que si no se interpone en su camino otro Nico Harrison le deber¨ªa llevar hasta el ocaso de su carrera, empieza mal. De finalista de la NBA a esto. El esloveno sufri¨®, adem¨¢s, lo indecible este mi¨¦rcoles: un golpe en un nervio de la espalda que le lastr¨® en la segunda mitad del partido. El 96-103, con el que se completa el 1-4 a favor de Minny, es un corte de alas.

Los Wolves hab¨ªan estado firmes en los dos enfrentamientos anteriores del Crypto Arena. En el primero dejaron rotos a los contrarios, con una diferencia abismal que hac¨ªa saltar las alarmas, y en el segundo vivieron la reacci¨®n de un equipo en el que las estrellas son luces en la tierra, humanos, pero que no se concret¨® hasta el final. Jugando en su pabell¨®n tiraron de calor de p¨²blico y dos finales de partido en los que traspasaron los nervios a los experimentados, que respondieron en negativo. Y en el quinto y definitivo las ventajas de los Lakers fueron irrisorias, una an¨¦cdota dentro del ordeno y mando del equipo de Finch.

Luka Doncic soport¨® sus n¨²meros gracias a c¨®mo carg¨® de faltas a los rivales, siendo su par Jaden McDaniels uno de los dos eliminados de la noche por ese efecto; fuera de ello, corto de miras y casi sin poder correr en los minutos finales. LeBron, en los cuarenta ya no es principal. Hachimura, que ha estado tocado durante la eliminatoria, result¨® ser el m¨¢s acertado en anotaci¨®n y brega. Vanderbilt hizo lo que se le pidi¨® y Vincent fue un fantasma, los dos ¨²nicos con pegada en la cort¨ªsima rotaci¨®n de J.J. Que se lo debe hacer mirar.

Los Lakers se empe?aron, por obra y gracia de su entrenador, en jugar con bajitos. La estrategia que era tendencia hace una d¨¦cada, por lo que sea, no surti¨® efecto. Hayes fue el castigado por Redick y para qu¨¦, si Gobert se convirti¨® en Wilt Chamberlain gracias a semejante decisi¨®n. Que no se corrigi¨® en ning¨²n momento, por cierto, m¨¢s bien se huy¨® hacia delante con la inclusi¨®n en pista de Maxi Kleber, debutando con los Lakers tres meses despu¨¦s y en un partido de eliminaci¨®n. Menos intensidad, a pesar de que hab¨ªan hecho gala de buena defensa durante la temporada, y menos picard¨ªa que el joven rival, que avanza en el Oeste.

Rudy Gobert hizo el partido de su vida, en palabras de Markieff Morris, con un doble-doble monstruoso: 27 puntos y 24 rebotes. Se lo dejaron en bandeja. Por cent¨ªmetros tambi¨¦n anot¨® y pele¨® Julius Randle, reivindic¨¢ndose con otros 23 tantos. En la noche funesta de Anthony Edwards, con un chocante 0/11 en triples, el que mat¨® desde una esquina fue Mike Conley, 37 a?os en la mochila y las ganas de un adolescente. El l¨ªder anotador termin¨® siendo Luka Doncic, con 28 tantos, acompa?ados por 9 asistencias y 7 rebotes, est¨¦riles vistos porcentajes, sensaciones, parciales, etc. Lo aciago de los Wolves a la hora de lanzar desde la larga distancia, ni un 15% de acierto, contrasta con que les dejaran coger 17 rebotes m¨¢s. As¨ª, no.

Los visitantes abrieron seis puntos de brecha, lo primero que hicieron, e intentaron romper unos minutos despu¨¦s con tres triples que le colocaron con doce de ventaja. Incluso desperdiciaban ocasiones claras, propiciadas por el agujero que hab¨ªa dejado Redick para que Gobert campara a sus anchas. Gozaron de oportunidades para cargarse el encuentro en esos instantes del primer parcial. Catorce arriba tras un mate del franc¨¦s a un minuto del cambio al segundo acto. Hachimura elev¨® a los Lakers m¨¢scara en rostro, dos triples salvadores, y el canguelo comenz¨® a cambiar de bando. Minnesota hab¨ªa dejado pasar una oportunidad. Gobert continuaba dominando, pero Randle y McDaniels se hab¨ªan inflado a faltas, tres por barba, y ah¨ª resid¨ªa el problema. DiVincenzo y Alexander-Walker resultaron capitales para mantener la tensi¨®n.

Antes de ir al descanso Doncic recibi¨® un golpe de Donte en el hombro que, por pinzamiento en la ca¨ªda, afect¨® a su espalda. El ex del Real Madrid no pod¨ªa casi moverse. Se march¨® al vestuario y regres¨® para la segunda mitad con una faja de calor para las lumbares. En el entretiempo Rudy Gobert era el mejor, frase que ni los m¨¢s optimistas de los Grandes Lagos habr¨¢n pronunciado antes del 1 de mayo de 2025. A la vuelta, con diez de distancia, empez¨® el juego vivaz de los Lakers. James, Doncic y Hachimura, que definitivamente iba a ser el tercer espada hoy, pusieron al p¨²blico en pie. Fue, sin embargo, Finney-Smith el que complet¨® la remontada (78-77, minuto 34). Qu¨¦ felicidad, ?no? Pues no, el problem¨®n de 2,16 y nacionalidad francesa segu¨ªa ah¨ª, los Wolves le buscaban y horadaba a los Lakers una y otra vez.

Los cambios para que Luka sufriera en defensa no se limitaban a su emparejamiento habitual, tambi¨¦n a Randle y Edwards. El esloveno estaba quedando marcado por la defensa, y m¨¢s sabiendo lo mal que se encontraba en el plano f¨ªsico. Tres minutos y medio de los angelinos sin anotar hasta que LeBron emboc¨® un triple. Movimientos sencillos de bal¨®n y, adem¨¢s, confianza que rebosaba el vaso de Randle primero y Edwards despu¨¦s. De nuevo, esos dos. Ah¨ª LeBron no tuvo respuesta, Hachimura sac¨® su fusil y con tres de distancia entre franquicias el bal¨®n lleg¨® a la esquina derecha para que Conley, acertado en esas posiciones, elev¨® su brazo izquierdo hasta el cielo, mu?eca doblada, y solt¨® el bal¨®n hasta la eliminaci¨®n de los Lakers. Una primera oportunidad para Doncic vistiendo de p¨²rpura y oro que acaba con un fundido a negro.

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