Durant, Kyrie y los Nets, a?o IV: redenci¨®n o desastre
El proyecto de Durant y Kyrie en los Nets afronta su cuarta temporada tras el terremoto veraniego en el que quisieron y no pudieron abandonarlos.


Los desastres marcan, muchas veces m¨¢s que los grandes ¨¦xitos, las conclusiones sobre una historia que siempre tiene un inicio y un final. Son las manchas en un curr¨ªculum lo m¨¢s destacado, el lugar al que todo el mundo mira. Por mucho que la vista pueda abarcar un plano m¨¢s general (y generoso) de cualquier cosa, lo habitual es centrarse en ese punto que hace da?o, en la peor parte de lo que nos define, en lo m¨¢s punible, enjuiciable o bochornoso que pueda ser parte de alguien. Es ah¨ª, lo dice la condici¨®n humana, donde empezamos a construir nuestra idea y es eso lo que va a preponderar sobre todo lo dem¨¢s, siempre de menor importancia en la comparativa con lo nocivo. Lo malo, claro, est¨¢ siempre por encima de lo bueno. Y por mucho que nuestros pasos sean certeros y recorran con precisi¨®n una senda determinada, un solo tropiezo nos puede llevar de un plumazo al principio del camino. Dicho de otro modo: un acto noble no redime a un hombre de toda una vida de fechor¨ªas. Sin embargo, uno malo puede bastar para condenarle.
Si le damos la vuelta a la idea, nos encontramos a Kevin Durant y Kyrie Irving y sus intentos constantes de destrozar la hip¨®tesis. Quiz¨¢, solo quiz¨¢, en alg¨²n rec¨®ndito agujero de este mundo haya alguien que priorice las cosas positivas y no preste, con ello, tanta atenci¨®n a las negativas. Pero, en el caso de las dos estrellas de los Nets, eso dar¨ªa igual. La sensaci¨®n, desde hace ya alg¨²n tiempo, es que ambos est¨¢n empe?ados en que nos olvidemos del extraordinario talento, hist¨®ricamente bueno, que les acompa?a, y nos quedemos tan solo con las idas y venidas de dos cabezas imposibles de entender y dos formas de ser que empa?an absolutamente todas las buenas acciones realizadas. Ha llegado un punto en el que da igual todo lo que han demostrado en pista. Sus cuestionables decisiones, el modo de ejecutarlas y la deriva que han tomado sus carreras deportivas son casi lo ¨²nico que importa. Y la duda ya no es saber si podr¨¢n voltear la opini¨®n p¨²blica y acabar sus trayectorias con valoraciones positivas de una masa social de considerable tama?o. La duda es si tienen alguna intenci¨®n de luchar por ello.
Los Nets afrontan el a?o IV del proyecto que crearon sus dos estrellas, uno pensado para ganar anillos, arrasar con todo, convertirse en dinast¨ªa. Uno en el que solo vale ganar y que no ha superado, no sabemos si lo har¨¢n, las semifinales de Conferencia. Dos jugadores tan absolutamente generacionales como ellos est¨¢n en el ojo del hurac¨¢n, en el peor momento de sus carreras desde el punto de vista de la reputaci¨®n. Llegaron con Kenny Atkinson y una cultura s¨®lida que ha sido destruida: sin jugar (Durant nada, Kyrie apenas 20 partidos) en su primera temporada acabaron con el t¨¦cnico entre bambalinas. Trajeron a Steve Nash, poco m¨¢s que un t¨ªtere que no ha demostrado nada porque, demostrado ha quedado, su trabajo no es ese. Y, entre medias, un sainete en torno a un James Harden que igual que vino se fue (con pol¨¦mica), la llegada de un Ben Simmons que todav¨ªa no ha jugado y la culminaci¨®n, hace unos meses, de las peleas p¨²blicas con el General Manager Sean Marks y la petici¨®n de traspaso de ambas estrellas, una con cuatro a?os de contrato (Durant) y la otra con una player option que ha ejercido y que le mantendr¨¢ en la franquicia un a?o m¨¢s (Kyrie).
Ni uno ni otro salieron y por fin, parece, los Nets se han hecho fuertes en las negociaciones con sus estrellas y han entonado ese ¡°aqu¨ª mando yo¡± que ha dejado a los jugadores en el mismo sitio en el que estaban. Con Kyrie siempre a la expectativa de lo que hiciera su compa?ero, ha sido Durant el que m¨¢s ha tensado la cuerda, aunque sin suerte. El traspaso con los Celltics, que estuvo encima de la mesa, no se dio y en Brooklyn dejaron claro que no iban a regalar nada. La amenaza del alero de retirarse en caso de no ser traspasado fue un farol en el que los Nets no entraron. Y, al final, tras muchas peleas y numerosas filtraciones, Durant y Kyrie siguen en Brooklyn, en la Gran Manzana, en las proximidades de Manhattan, decidiendo si se deciden a explotar su consabido talento, o siguen desatando la tormenta de la pol¨¦mica. La historia se acerca a su final (Kyrie saldr¨¢ seguro en verano de 2023) y solo falta por saber si podr¨¢n hacer algo para evitar la cat¨¢strofe m¨¢s absoluta, la de no pasar de semifinales del Este en cuatro a?os con dos de los mejores jugadores de todos los tiempos, rodeados de tiradores y de veteranos, de contratos m¨ªnimos y obreros, viejas glorias y alg¨²n jovenzuelo.
No ser¨ªa raro pensar que solo conseguir¨¢n dicha misi¨®n con el anillo de campe¨®n, pero s¨ª ser¨ªa raro, al menos a estas alturas, pensar que el anillo puede ser de los Nets en junio de 2023. Los Nets han logrado 35, 48 (en temporadas de 72 partidos) y 44 (de 82) victorias en los tres ¨²ltimos a?os, llenos de problemas, lesiones y movimientos en la intendencia. Las lesiones de Kyrie y Harden privaron al equipo de ser m¨¢s competitivo en los playoffs de 2021, y Giannis Antetokounmpo y ese pisot¨®n de Durant a la l¨ªnea de tres impidieron que, en la pr¨®rroga, los Nets prevalecieran y superaran esa serie maldita de semifinales de Conferencia... que solo han pisado en esa ocasi¨®n. Los Celtics, a la postre finalistas, destruyeron a Durant y a Kyrie hace unos meses: 4-0 y rumbo a la reflexi¨®n. Los Nets, hartos de la situaci¨®n, no renovaron a un Kyrie que disput¨® solo 29 partidos el a?o pasado, l¨ªos con la vacuna mediante, y apenas 15 puntos y un 18% en triples en los tres ¨²ltimos partidos de la serie ante los Celtics. Un base del que ya se han hartado y que se queda un a?o m¨¢s por opci¨®n contractual y no por deseos de afici¨®n o directiva. Tras querer escapar de la sombra de LeBron, dej¨® tiritando a los Celtics y no levanta cabeza en Brooklyn. Con 30 a?os, su reputaci¨®n est¨¢ derruida. Y ni el pasado ni el presente permiten ya relacionarle con ese triple de 2016 por encima de Stephen Curry que dio el anillo prometido por LeBron James a los Cavaliers.
Durant, que camino de los 34 a?os acab¨® la temporada pasada mucho peor que la anterior (tras su monstruosa serie ante los Bucks) desde el prisma de la opini¨®n p¨²blica, ha sido el enemigo p¨²blico n¨²mero 1 y el causante de un terremoto que ha acabado en nada. Y su serie contra los Celtics, tambi¨¦n cuestionable (apenas un 38% en tiros), unida a su edad, generan cierta incertidumbre alrededor de su persona, su nivel f¨ªsico y su salud, muy irregular en los ¨²ltimos a?os con lesiones constantes y marcadas ausencias. Otro jugador que, sin estar al mismo nivel que Kyrie, ha causado desmanes extradeportivos que han hecho olvidar lo que fue en pista hasta hace no mucho. Y que es objetivamente uno de los mejores jugadores de todos los tiempos... sin que eso importe mucho a nadie en estos momentos. Al final, es el capit¨¢n de un barco casi hundido, que navega a duras penas por las tumultuosas aguas del desastre. Un barco con grietas demasiado grandes para poder avanzar en el vasto mar. La intenci¨®n y el esfuerzo que ponga en arreglar las aver¨ªas determinar¨¢ su futuro, unido a los Nets para los pr¨®ximos cuatro a?os si en la franquicia nadie decide lo contrario.
As¨ª est¨¢n las cosas. En el Media Day de los Nets, Durant ha dicho que es consciente de qui¨¦n es y que no le extra?a que los Nets no quisieran regalarle. As¨ª mismo, ha negado sus exigencias respecto a la no renovaci¨®n de Kyrie y su enfado cuando los Nets decidieron que no iban a prolongar su contrato, algo que se filtr¨® en direcci¨®n opuesta hace solo unos meses. Kyrie, por su parte, ha acusado a los Nets de lanzarle ultim¨¢tums sobre las vacunas solo unos d¨ªas despu¨¦s de asegurar en Twitter que el proceso de vacunaci¨®n era una violaci¨®n de los derechos humanos, una barbaridad demasiado grande incluso para ¨¦l. M¨¢s all¨¢ de hacer gala de su consabida verborrea, ha asegurado estar comprometido con el equipo y ha dicho que son candidatos al t¨ªtulo, dejando frases muy sonadas como ¡°renunci¨¦ a cuatro a?os y m¨¢s de 100 millones por no va vacunarme¡± o ¡°en la eliminatoria con os Celtics fue una de las primeras veces que me fui avergonzado de la pista¡±. En definitiva, egos muy inflados y la promesa de que hay que trabajar y que pueden optar al t¨ªtulo. De momento son solo palabras. Y las palabras, ya se sabe, se las lleva el viento. El resto, ya lo veremos. Durant, Kyrie y el a?o IV (y ¨²ltimo, ?no?) del proyecto de los Nets: redenci¨®n o confirmaci¨®n del desastre. No hay puntos intermedios. Cuando se trata de estas dos estrellas, no se pueden tener. Que empiece la fiesta.