Doncic es el elegido
El jugador esloveno firma 42 puntos, 8 rebotes y 14 asistencias para poner el 3-2 en la serie. Hardaway Jr. fue decisivo y Kawhi fall¨® el triple final.


Hay talentos, talentos especiales, talentos muy especiales y talentos de ¨¦poca. Si el tiempo no termina colocando a Luka Doncic en este ¨²ltimo grupo, las l¨ªneas temporales habr¨¢n cogido derroteros hasta ahora insospechables. El esloveno llegaba tras quedarse, siendo el l¨ªder anotador de los suyos, en 19 puntos en el ¨²ltimo partido. En un martirio constante de dolor f¨ªsico, mental y baloncest¨ªstico. Con un Kawhi Leonard de rostro impenetrable que no conoce el t¨¦rmino piedad y un Luka que apenas pod¨ªa girar su cuello, y su cuerpo, hacia la izquierda. No ha sido el caso en el quinto asalto. No ha sido el caso en un partido que puede marcar un antes y un despu¨¦s en la serie (100-105). No ha sido el caso cuando los genios tienen que aparecer. De nuevo, indefendible. De nuevo, el mayor monstruo de unos Clippers aspirantes a todo y que, cuando se encuentran con un Doncic en buen (m¨¢s o menos) estado f¨ªsico, se quedan en nada. Necesit¨® de ayuda, pero todas las leyendas la han necesitado en alg¨²n momento. Despu¨¦s de un recital de 42 puntos, 8 rebotes y 14 asistencias, tom¨® malas decisiones en los instantes finales. Errores que podr¨ªan haber costado muy caros de no ser por un Tim Hardaway Jr., de nuevo, como en el segundo partido, supremo en el clutch time, con un triple vital y, sobre todo, un rebote que dict¨® sentencia. Kawhi pudo empatar, pero Toronto no se hizo presente. Ni toc¨® aro. Ventaja para Dallas (3-2) y oportunidad de sentenciar.
El valor de la victoria estuvo presente desde ante de empezar. Las apuestas eran fuertes y el precio a pagar, caro, muy caro. Tensi¨®n desde el principio, intr¨ªnseca al momento, a lo vivido y a lo que queda por vivir en la serie. A tres minutos de finalizar el primer cuarto, falta flagrante de Marcus Morris a Maxi Kleber y empuj¨®n del segundo sobre el primero. Antes y despu¨¦s de la acci¨®n descrita, una constante: Doncic. 19 puntos al final del primer cuarto y ning¨²n gesto de dolor. Ah¨ª segu¨ªan las cintas kinesiol¨®gicas, pero todo era distinto. Tanto que, en 12 minutos, el base anotaba los mismos tantos que en el partido anterior. Y qu¨¦ puntos. Marca de la casa, uno tras otro registrados como propiedad baloncest¨ªstica. Step-back y triple para empezar, bandeja de falsa lentitud para continuar. Fade away para aumentar el rango desde la larga distancia y lecci¨®n expr¨¦s de c¨®mo encarar el aro. Se lo pasaba bien, con un doble paso atr¨¢s ante Kawhi que le sacaba esa sonrisa, esa mueca que todos los jugones comparten. El castigo impuesto por el primero sobre el segundo quer¨ªa ser devuelto.
Y con Luka siendo Luka, su ausencia se nota casi tanto como su presencia. Nada m¨¢s empezar el segundo cuarto, ventaja por los aires. Rondo disfrutando, anotando y liftando pases en transici¨®n. 36-37 y llamada al servicio de emergencias, que responde en esloveno. Primera acci¨®n, asistencia y triple para un Hardaway Jr. que hab¨ªa empezado recordando m¨¢s al de los dos primeros partidos de la serie que al de los dos ¨²ltimos. Y termin¨® confirm¨¢ndolo. Esta puede ser una partida de ajedrez larga, muy larga. Hay tiempo para todo. Para confiar en lo que hab¨ªa funcionado hasta ahora y para innovar. Para buscar ese golpe de efecto definitivo. Sorprendi¨® Rick Carlisle de inicio como hab¨ªa sorprendido Tyronn Lue en el choque anterior, aunque en sentido inverso. Entonces, el entrenador angelino apostaba por salir sin p¨ªvot para atrapar a Doncic; hoy, el texano situaba a Marjanovic, junto a Porzingis, de inicio. No le sali¨® mal, pero tampoco se puede atribuir grandes m¨¦ritos. Luka particip¨® en el 83% de los puntos de su equipo, el r¨¦cord absoluto en playoffs. El jugador que, en un partido, m¨¢s peso ha tenido en la puntuaci¨®n de su equipo a lo largo de la historia. En s¨®lo 11 partidos en la fase final, ya tiene los mismos encuentros de 40 puntos (4) que Magic Johnson, Karl Malone y Tim Duncan. Hardaway Jr. acompa?¨® con un notable 20+7+2, en su mayor¨ªa, claro, tras pase del ex del Madrid; y del resto, ning¨²n otro jugador de Dallas alcanz¨® las dobles cifras en anotaci¨®n.?
Ventaja cr¨ªtica
Tanto desde el banquillo como desde la pista la cosa hoy iba de tironcitos. De peque?os movimientos que pudieran convencer a un equilibrio sentenciado a claudicar. Con esas empezaban los Clippers el tercer cuarto, con un triple de Marcus Morris y un tiro desde la media distancia de Kawhi que significaban su m¨¢xima ventaja del partido hasta el momento: 5 puntos (67-62). Acto seguido, tap¨®n del propio Leonard a Marjanovic (s¨ª, a Boban) y batalla campal por el rebote. Cada pelota cotizaba al alza. En suma, eran ese valor de la victoria. Y si se hablaba de m¨¢ximos en un lado, tambi¨¦n en el otro. Ley de mercado. Una retah¨ªla m¨¢gica, de sue?os tangibles de Doncic dejaba el tercer cuarto con la mayor ventaja del partido para los Mavs (75-89). Hardaway Jr. iniciaba la cabalgada con cinco puntos seguidos y Luka culminaba un parcial de 0-9 para la hemeroteca: alley oop del primero para el segundo, a modo de testigo, canasta desde la media distancia fintando con un enga?o de pase y triple. Sabor a sentencia. Hasta cinco jugadores de los Clippers alcanzaron los dos d¨ªgitos en la anotaci¨®n (recuerden las cifras de Dallas...), pero ninguno pudo contrarrestar la fuerza de Doncic. Paul George, un martirio constante por dentro y por fuera, se fue hasta el 23+10+6, Reggie Jackson, con un sensacional 6 de 12 en triples, hasta el 20+2+3 y Marcus Morris, tambi¨¦n impecable desde la larga distancia (4 de 8), hasta el 16+7+3. El mundo contra Doncic y Doncic gana al mundo. Y a Kawhi, su verdugo en la noche anterior, con un 20+5+5, un 2+1 que dejaba en 100 a 101 el partido a 40 segundos y la amarga sensaci¨®n de fallar en la responsabilidad final.
Aunque hoy no se decidiera nada, la recompensa podr¨ªa ser, sin caer en exageraciones, de s¨¦ptimo partido. Se calibraban muchos frentes y se daba un vuelco a la historia m¨¢s reciente. Est¨¢ siendo una eliminatoria especial y es no es ning¨²n secreto. Es la tercera vez en la historia en que se ganan los primeros cinco partidos fuera de casa en una serie de playoffs (Nets-76ers en 1984 y Spurs-Rockets en 1995). Es la serie que ha colocado, de nuevo, el nombre de Doncic al lado del de Michael Jordan (son los dos jugadores de la historia que m¨¢s puntos promedian en playoffs). Es una serie no apta para card¨ªacos, en la que un d¨ªa est¨¢s arriba del todo, al siguiente caes hasta el infierno y, de repente, despiertas en el olimpo. El 2-2 de la temporada pasada, que part¨ªa de un 2-0 a favor de los Clippers, se volv¨ªa a hacer presente para decidir su siguiente paso: seguir el rumbo inverso marcado por una narrativa sim¨¦trica que podr¨ªa hasta asustar o romper la p¨¢gina y escribir algo totalmente nuevo. De momento, el guion se inclina por lo primero. Se inclina por otorgar a Dallas la ventaja que el a?o pasado tuvo, y aprovech¨®, Clippers. Se inclina por elegir a Luka Doncic.