?Qu¨¦ es la cultura de la violaci¨®n y cu¨¢l es el origen del concepto?
Es un t¨¦rmino acu?ado en los a?os 70 y se refiere a la manera en la que las sociedades han normalizado las agresiones sexuales y culpabilizado a las v¨ªctimas por ellas.


Tras la ¨²ltima sesi¨®n de control del Gobierno en el Congreso de los Diputados, hay un concepto que est¨¢ en boca de todos: ¡°cultura de la violaci¨®n¡±. No es una terminolog¨ªa que se acabe de acu?ar, sino que tiene medio siglo de historia. Para comprenderlo, nos debemos trasladar al Nueva York de los a?os 70, donde los grupos de feministas comenzaron a tomar conciencia de la violencia que se ven¨ªa ejerciendo contra las mujeres a lo largo de la Historia.
El primer registro del t¨¦rmino ¡°cultura de la violaci¨®n¡± data de 1974, en el libro: Rape. The first Sourcebook for Women (Violaci¨®n: El Primer Libro de Consulta para la Mujer), del grupo Feministas Radicales de Nueva York. Este es una denuncia de la glorificaci¨®n de la violencia sexual contra las mujeres y del refuerzo del estigma contra las mismas. Es decir, c¨®mo las sociedades han culpabilizado de este tipo de agresiones a las v¨ªctimas y han normalizado las agresiones sexuales.
Al igual que estas, fueron varias las literatas que se sumaron a hablar de este tipo de problem¨¢ticas estructurales. Es el caso de Susan Brownmiller, Susan Griffin o Kate Millet, que entienden la violaci¨®n como una forma de poder pol¨ªtico, control y opresi¨®n sobre las mujeres. Millet, por ejemplo, defendi¨® el ¡°dominio sexual¡± como la ¡°ideolog¨ªa m¨¢s profundamente arraigada en nuestra cultura, por cristalizar en ella el concepto m¨¢s elemental de poder¡±.
¡°El dominio sexual es tal vez la ideolog¨ªa m¨¢s profundamente arraigada en nuestra cultura, por cristalizar en ella el concepto m¨¢s elemental de poder¡±
Kate Millet
A partir de entonces, las asociaciones feministas comenzaron a organizarse en grupos en los que fomentaban el apoyo mutuo y la toma de conciencia de una problem¨¢tica que va m¨¢s all¨¢ de los actos de violencia en s¨ª, de acuerdo a la fil¨®sofa Raquel Mirall¨¦s. Estos grupos estaban compuestos ¨²nicamente por mujeres de determinada posici¨®n social. Pero, con el tiempo, se ha adoptado una manera de entenderlo m¨¢s transversal.
Concepto actual, con un enfoque interseccional
A d¨ªa de hoy, es una cuesti¨®n que tambi¨¦n aborda la ONU Mujeres, que apunta que es ¡°omnipresente¡±, puesto que est¨¢ " grabada en nuestra forma de pensar, de hablar y de movernos por el mundo¡±. Y, si bien es cierto que los ¡°contextos pueden diferir¡±, la cultura de la violaci¨®n ¡°siempre est¨¢ arraigada en un conjunto de creencias, poder y control patriarcales¡±, recoge la organizaci¨®n mundial.
Para combatirla, ¡°el primer paso¡± es ponerle nombre. Pero, adem¨¢s, desde Naciones Unidas proponen una lista de maneras que contribuyen a acabar con estas diferencias estructurales de las sociedades. Estas pasan por crear una cultura del esfuerzo consentido (en la que s¨®lo s¨ª sea s¨ª) dejar de culpar a las v¨ªctimas, mostrar tolerancia cero contra cualquier tipo de agresi¨®n, acabar con la impunidad o pasar a ser un testigo activo.
Otras de estas sugerencias buscan un an¨¢lisis m¨¢s profundo de c¨®mo nos condiciona a la hora de actuar ante casos de abuso. Por ejemplo, redefinir el concepto que se ha asumido socialmente de la masculinidad. En este sentido, la ONU Mujeres propone pensar ¡°de manera cr¨ªtica qu¨¦ significa la masculinidad para ti y c¨®mo la representas¡±.
Tambi¨¦n apuesta por adoptar un enfoque interseccional a la hora de afrontar esta problem¨¢tica, dado que ¡°afecta a toda la poblaci¨®n, independientemente de la identidad de g¨¦nero, la sexualidad, el nivel econ¨®mico, la raza, la religi¨®n o la edad¡±. Por lo tanto, ¡°erradicarla significa desterrar definiciones restrictivas del g¨¦nero y de la sexualidad que limitan el derecho de una persona a definirse y a expresarse¡±, concluye la organizaci¨®n.